Llevo diciendo, desde el inicio de la desescalada que lo peor que se puede hacer en política es practicar el buenismo. El tiempo me está dando a razón. Porque si no eres firme y contundente con tus principios, el contrario piensa que es debilidad y te come el terreno.
Desde el inicio de la desescalada hubo comunidades autónomas trileras que empezaron a ocultar y/o mentir sobre los datos de su situación real con el único objetivo de pasar rápidamente de fase y lo que es peor se comenzaron a incumplir los compromisos adquiridos para poder pasar de una fase a otra. Ese fue el gran error e irresponsabilidad del gobierno de progreso, no ser firme y contundente con las comunidades incumplidoras.
El gobierno de progreso no debió haber permitido ningún pase de fase si no estaba garantizado que las comunidades habían cumplido con sus compromisos de reforzar la Atención Primaria y contratado los necesario rastreadores según los criterios de la OMS. Porque al final esos incumplimientos los estamos pagando los ciudadanos. Ellos pusieron el buenismo y los incumplimientos y nosotros los contagiados, los hospitalizados, los ingresados en las UCI’s y los fallecidos. De aquellos polvos tenemos ahora estos trágicos lodos.
Y si alguna comunidad se destacó en los incumplimientos ha sido la de Madrid. No solo no se contrataron los necesarios rastreadores, ni se reforzó la Atención Primaria, sino que se ha disminuido el número de los sanitarios de los mismos llegando a cerrar numerosos centros de salud dejando desatendidos a cientos y cientos de miles de madrileños. Y después de 119.429 contagiados, 10.359 ingresados, 935 pacientes UCI y 901 fallecidos más, desde la nueva normalidad, (datos de los informes COVID19 de la CAM) la muñeca diabólica se dio cuenta, sin reconocerlo, -la culpa es de Sánchez- del caos en que había convertido la Comunidad de Madrid por sus criminales incumplimientos.
Pero frente al buenismo siguen sacando pecho y la Presidenta continúa denunciando “el abandono en que el Gobierno mantiene a Madrid” y el Fracasado falseando que "las pandemias son responsabilidad exclusiva del Estado” y para rematar la jugada el Consejero de Sanidad apuntilla que «La estrategia del Gobierno es que Madrid claudique y pida el estado de alarma».
La realidad es que la Comunidad de Madrid es la que más presionó para que se les devolviera la gestión de las competencias de Sanidad, llegando a denunciar ante los tribunales al Gobierno por ese motivo. Y a partir de ahí su gestión se limitó a ver expandirse el COVID19. Y el buenísimo se limitó a ver como crecían las cifras de la pandemia sin intervenir en Madrid, mientras que el ministro Illa respaldaba la gestión de la lucha contra la pandemia en Madrid. Y todos se olvidaron que los ciudadanos tenemos derecho a saber como se está gestionando la defensa de nuestra salud y si se están cumpliendo o no los compromisos adquiridos para cumplir ese objetivo. Y si no se cumplen, el estado, como órgano superior, tiene la obligación de exigir el cumplimiento y poner las medidas para llevarlas a cabo.
Y ahora llegaron los confinamientos selectivos y discriminatorios como única medida para reducir los efectos de la pandemia. Porque seguimos en lo mismo. Los esfuerzos los ponen los ciudadanos y de manera discriminatoria. Porque la tasa de Incidencia Acumulada se ha usado para incluir o no, de manera arbitraria, a unas u otras zonas de sanidad. En función de la afinidad política. Y porque los compromisos de reforzar la Atención Primaria y la contratación de los rastreadores, ni están ni se les esperan, así como tampoco el profesorado prometido para evitar la masificación en las aulas.
Entre la incompetencia negligente y criminal de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, principal responsable del caos pandémico, y el buenismo del gobierno, estamos apañados los madrileños.
Salud, República y Socialismo
Es bueno refrescar la memoria. La nena estaba siempre echando puyas contra el gobierno y repitiendo como una letanía, faltaría más, que ella lo haría mejor. Y fue, como fue, ha ido como va. Igual que su tocayo en Catalunya que con tal de poner de nuevo la mano en la bolsa en 24h echó a la población a los leones. Ya se sabe, ambos nacional catolicistas a cual peor, y curioso, no se reconocen.
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