Desigualdad, precariedad, discriminación y violencia pueden ser las palabras que definan la situación de la mujer en este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
Desigualdad con respecto a los hombres, precariedad en el trabajo -el desempleo, el empleo temporal y a tiempo parcial y la precariedad laboral le afecta más que a los hombres- discriminación para acceder a puestos de responsabilidad y la violencia de genero que en este comienzo de año esta alcanzando cotas inimaginables.
Según CCOO la brecha de la desigualdad laboral de las mujeres se concreta en:
- 11 puntos en la tasa de actividad, el 53,41% para las mujeres frente al 64,50% de los hombres.
- 3 puntos en la tasa de paro, 20,36% mujeres 17,34% hombres.
- 11 puntos en la tasa de empleo femenina, el 42,59% frente 53,63% de los hombres.
- El 72,60% de las personas con contrato a tiempo parcial; es decir, 7 de cada 10 son mujeres.
- 30% de brecha salarial: el salario medio anual de las mujeres tendría que aumentar un 30% para equipararse al masculino. (Encuesta Estructura Salarial 2014).
- Se incumple el porcentaje de paridad 40/60 establecido en la Ley de Igualdad de 2007 en el acceso de las mujeres a la toma de decisiones; en las empresas del IBEX las consejeras tienen una escasa presencia del 19%.
- Del total de personas desempleadas, 2.218.273 son mujeres, lo que cons tuye el 53,44% del paro registrado.
- 10,6% en la tasa de cobertura de la prestación por desempleo (49,5% mujeres frente al 60,1% hombres), con menor cuantía de la prestación (un 19% menos para las mujeres al depender del tiempo y salario cotizado).
- La pensión media de las mujeres está en 767 euros, frente a los 1.219 euros de los hombres.
Es decir, la contrarreforma laboral del Partido Popular se ha cebado más con las mujeres.
La lacra de la violencia de genero parece que este año pretende batir un siniestro récord. Si durante 2016, 44 mujeres murieron a mano de sus parejas o exparejas, durante los meses de enero y febrero de 2017 fueron asesinadas 15 mujeres, dejando además un terrible reguero de decenas de niños/as huérfanos y huérfanas.
Ante esta situación el gobierno del PP se muestra ineficaz en las políticas públicas para combatir la violencia estructural contra las mujeres. Yendo de la palabrería vana a la más completa desidia. Por eso es comprensible y necesario el Paro Internacional de Mujeres para denunciar el nulo compromiso político de los Gobiernos para erradicar la violencia contra las mujeres, así como la desigualdad y discriminación que padecen en el ámbito laboral.
Recordar la situación de mujeres que no tendrán su 8 de marzo por sufrir una mayor discriminación por el hecho de ser mujer. Como el caso de Maloma Morales, española de origen saharaui y secuestrada por su familia biológica en los campamentos de refugiados saharauis de Tindut. La realidad de las mujeres saharauis es que son mujeres de tercera categoría, donde nunca se es mayor de edad porque permanecen siempre bajo la tutela de un hombre. El caso de Maloma, junto con otras muchas mujeres saharauis, es simplemente un caso de menosprecio a sus derechos humanos, a la libertad de circulación con el agravante de que es una ciudadana española a la que el gobierno español mantiene en un extraño limbo. La ayuda internacional debe estar condicionada al respeto de los derechos humanos de las personas y en este caso el gobierno español y las asociaciones de ayudas al pueblo saharaui son cómplices de ese menosprecio a los derechos humanos de las mujeres saharauis. Que casualidad que la situación que padece Maloma y otras, no lo padece ningún hombre saharaui. El derecho del pueblo saharaui a su autodeterminación no es compatible con el recorte de los derechos humanos a sus mujeres.
El 8 de marzo hay que levantar la voz no solo por los derechos laborales, la eliminación de las desigualdades de las mujeres y contra la lacra de la violencia de genero, sino también, contra la falta de respeto a los derechos humanos de las mujeres, con es el caso de Maloma Morales.
Salud República y Socialismo
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