La corrupción es una lacra social, al menos así lo entienden, lo entendemos, la mayoría de los españoles. Pero como en todo siempre hay excepciones. Una de ellas es la del ministro de Hacienda Cristóbal Montoro.
En un entrevista en El Economista le hacen la siguiente pregunta, ¿Entiende usted el hartazgo de los españoles con la
corrupción que afecta a todas las instituciones y, especialmente, a su
partido, el PP?, su respuesta ella es la siguiente: "Soy el primero en condenarlo, pero no hay que dramatizar". Cojonudo, con lo que está cayendo en este país, el tema de lo corrupcion no es para dramatizar. No es dramático para Montoro porque "No es que haya más corrupción en España que en otros lugares".
Cualquier indice de corrupción es ya un drama social, pero en una país como el nuestro donde millones de ciudadanos lo están pasando muy mal, la existencia de los niveles de corrupción existentes, si es para dramatizar. Porque es inconcebible que con esa situación haya políticos y empresarios que se dediquen a lucrarse de una dinero público que podría ser empleado en mejorar las condiciones de vida de los más necesitados. Que mientras haya ciudadanos pasándolo mal por culpa de medidas políticas, haya políticos que se lucran a costa del dinero público, si es dramático. Y mas dramático aún es que haya políticos como Montoro que frivolicen con esa situación.
Y lo peor es que no solo no cumplan con sus obligaciones para combatir la corrupción, sino que la propician con amnistías fiscales que favorecen las corruptelas de los más poderosos. O que hagan la vista gorda ante el inmerso fraude fiscal y economía sumergida que existe en nuestro país. Mas del doble que la media en la UE. Y cuando se hacen campañas de sensibilización contra el fraude fiscal se ponga el foco en los que menos culpas tienen de este hecho delictivo, la ciudadanía de a pie. Porque el fraude fiscal de los poderosos provoca que se hayan hechos recortes para reducir el gasto público que ha llevado a la miseria a millones de ciudadanos de a pie.
No se cuanta es la corrupcion que existe en la UE, porque no nos vamos a comparar con los países del tercer mundo, sino con los de nuestro entorno; pero lo cierto es que en la UE la prensa no amanece todos los días denunciando nuevos casos de corrupcion, como si ocurre en España. El problema de la corrupción, ademas de su propia existencia, es la relajación con ella de los dirigentes del PP. No basta con condenarla, como dice Montoro, es necesario combatirla. Y lo primero que tiene que hacer el PP para tener credibilidad en esta lucha, es combatir a sus propios corruptos. Pero esto no se hace, se les justifica, se les protege o anuncian que ya no pertenecen a su partido y ahí se acaba todo su combate anticorrupción. Estamos hartos de ver como se ensalza a sus corruptos, Fabra, Matas, Bárcenas, Rato, etc, y cuando son condenados, se soluciona el problema con un simple, ya no pertenecen al P.P.
Las medidas anticorrupción no paran de anunciarse pero nunca se acaban de materializar y cuando se materializan son tan descafeinadas que quedan como un brindis al sol. Porque es que al PP le va bien con la corrupción, porque su electorado es demasiado permisible con la corrupcion y los corruptos. La lucha contra la corrupcion no es solo la lucha penal contra los corruptos, es también una tarea didáctica ante la sociedad, pero parece que esto al P.P. le suena a chino. Y claro por eso piensa Montoro que no es para dramatizar.
Salud, República y Socialismo
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