La frase de Winston Churchil, "sangre, sudor y lágrimas", enmarca perfectamente lo que ha representado para decenas de millones de españoles los tres años de gobierno del Partido Popular. Si en 1940 esa frase sen enmarcó en la lucha contra el nazismo, en la España actual se ha enmarcado en la lucha del PP contra los derechos sociales y laborales de los españoles de a pie.
Ganaron las elecciones con una gran mentira, han gobernado a base de mentiras y seguramente perderán las próximas elecciones amparándose en otra gran mentira, la de la recuperación económica. Durante estos tres años los españoles hemos visto correr la sangre de los que se han suicidado antes de verse en la vergüenza de ser desahuciados o por falta de atención médica por los recortes sociales. Muchos han tenido que soportar grandes dosis de sudor para poder llegar a fin de mes y otros muchos han derramado muchas lagrimas viendo como eran expulsados de sus casas, perdían sus empleos o no podían dar de comer a sus hijos.
Tres años después exhiben de nuevo una gran mentira, la recuperación económica. Pero no dicen que quienes están sintiendo la recuperación económica son los mismos que provocaron la crisis económica, los poderosos, las instituciones financieras y las grandes empresas. El resto, los ciudadanos de a pie, no vemos la recuperación económica por ninguna lado. Porque no puede haber recuperación económica ni salida de la crisis cuando hay mas de cinco millones de parados, dos millones de familias con todos sus miembros en paro, un 28% de tasa de pobreza, cuando hay cientos de miles de familias que tienen de acudir a la solidaridad para poder comer todos los días, cuando los dependientes son abandonados y se les retira las prestaciones, cuando los salarios han bajado hasta un 20%, cuando se ha eliminado la negociación colectiva y dado a los empresarios poderes absolutos en las relaciones laborales, cuando nuestros mejores y mejor preparados jóvenes se ven obligados a emigrar porque el P.P. les niega un futuro en su país, cuando nuestras personas mayores tienen que decidir entre comer o medicarse porque la rebaja de las pensiones y la implantación de copagos impiden las dos cosas a la vez, cuando pretenden recortarnos las libertades civiles y cuando en definitiva en estos tres años el Partido Popular ha dado a los españoles de a pie una patada al pasado de treinta años.
Tres años que han provocado la mayor indignación ciudadana y desencanto hacia la política y determinados políticos, desde la historia democrática de España. Jamás ha habido en nuestro país mayor desprestigio hacia las instituciones políticas y de ellos son responsables los partidos del bipartidismo. Unos, el PSOE, porque iniciaron los recortes sociales y laborales en julio de 2010 y otros, el PP, porque tomaran la escusa de la crisis económica para realizar su gran contrarrevolución conservadora.
La crisis fue la gran excusa y la gran estafa del Partido Popular. Con ella y tomando el déficit como el dios supremo pusieron en marcha las medidas de austeridad para cambiar la estructura social y económica de España. Su objetivo era convertir a España en una sociedad dual, mediante una gran transferencia de rentas desde los trabajadores hacia los poderosos. Eso significaban los recortes sociales y laborales. Recortar y degradar los servicios públicos para que los poderosos pudieran hacer negocio con ello, abandonando de esta manera a los más necesitado. De este modo se incrementaba la brecha de la injusticia social a la vez que se instauraba esa sociales dual. Una parte minoritaria, los poderosos, que tienen acceso a todos tipo de servicios de calidad y una parte mayoritaria de la sociedad que solo tendrá acceso a unos servicios públicos de beneficencia. En definitiva los servicios públicos de calidad solo son accesibles a quienes tienen medios económicos para pagarlos.
Este es el lamentable bagaje que va a dejar el Partido Popular a la sociedad española, en esta legislatura negra de la historia de España, aunque ellos traten de vender como un éxito lo que tan solo ha sido un asalto al bienestar social de la ciudadanía de a pie.
Por suerte el miedo esta cambiando de bando y la indignación se esta concretando en respuesta y alternativa al bipartidismo. De seguir a si las cosas las próximas elecciones legislativas pueden las del fin del bipartidismo y la del comienzo de un nuevo ciclo político y social.
Salud, República y Socialismo.
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