Como si del juego de la Oca se tratara, la infanta Cristina ha sido vuelta a imputar en el caso Noos. En esta ocasión por los presuntos delitos de blanqueo de dinero y fiscal. Ahora solo falta saber si la Audiencia de Mallorca se subordinará de nuevo a la monarquía.
Cuando la Audiencia de Mallorca desestimó la primera imputación, le indicó al Juez Castro el camino a seguir, la investigación de posibles delitos de blanqueo de dinero y fiscal por parte de la infanta. Pues eso es lo que ha hecho. Luego, no se de que se extraña el fiscal, convertido en añadido abogado defensor, de que, a pesar de los palos en la rueda que se han puesto en la investigación, el juez Castro llegue a la conclusión de la posible presunta comisión de los delitos de blanqueo de dinero y fiscal.
Que la justicia no es igual para todos, es algo mas que evidente. La insistencia del fiscal en rebatir las acusaciones del juez Castro es algo verdaderamente anómalo, como lo fue su oposición a la primera imputación y prontamente a ésta también. No hay en la historia judicial española casos en los que le fiscal se comporte de manera tan vehemente como defensora de un imputado como en este caso. Y ello es simplemente por seguir las directrices de un gobierno empeñado en proteger de sus desmanes a una familia real que no tiene precisamente patente de honorabilidad. Cualquier otra persona habría sido ya imputada desde el primer momento.
Solo hay dos posibilidades, que la infanta sea tontita y no se entere de nada, cosa que dudo, o que de verdad supiera lo que estaba haciendo y sea responsable de los delitos que el juez le imputa. No todas las mujeres son como Ana Mato, que no se enteraba del Jaguar que veía todas las mañanas en su garaje y de las fiestas y viajes que disfrutaba a costa de la Gürtel. La enumeración de los servicios personales cargados a Aizoon, de la que es propietaria del 50%, es tan larga que no es suficiente con ser tontita para no enterarse de nada. Hay que ser también ciega y sorda y tener atrofiados los sentidos de olfato y el gusto, cosa que no es del caso.
Concluya como concluya la sociedad ya ha juzgado a la infanta y la monarquía española. La sociedad española es consciente de los desmanes cometidos por la infanta, como lo es también de los cometidos por la monarquía española. Son tantas las evidencias que solo el que no quiere verlo, no verá la implicación de la infanta en los sucios negocios de su marido. La infanta está ya condenada socialmente porque su actuación es socialmente reprobable y porque apesta la defensa a ultranza que está haciendo quien debería acusarla, el fiscal.
Si finalmente el fiscal recurre la imputación y la Audiencia de Mallorca la desimputa, estaremos de nuevo ante una injerencia de la casa real en la justicia y en una nueva evidencia de que la justicia no es igual para todos.
Salud, República y Socialismo.
La desimputada está reimputada,
ResponderEliminar¿quién la redesimputará?
El desimputador que la redesimputare
buen redesimputador será.