Los dirigentes de la secta católica tienen la mala costumbre de querer imponer a los demás sus retrógrados principios y valores. No solo eso,se atreven, también, a insultarnos al criticar nuestras convicciones tal como lo ha hecho el obispo de Castellón, Casimiro López.
Dice este iluminado, en un intento de salvarnos sin que nadie se lo haya pedido, que el matrimonio entre personas del mismo sexo provoca "hijos con graves perturbaciones de su personalidad" y además "el desarrollo de un clima que termina con frecuencia en la violencia".
Debe ser la inspiración divina o el humo del incienso que le trastorna la neurona, porque no hay ningún dato objetivo que justifica tanta barbaridad dicha de una sola vez. ¿En que se basa este personaje para afirmar que los hijos de parejas del mismo sexo tienen "perturbaciones de su personalidad" o que en esas parejas existe un clima de violencia? No parece que las estadísticas de violencia en el hogar confirmen estas aseveraciones. Personalmente no conozco ningún caso de muerte por violencia entre parejas del mismo sexo. Como tampoco hay nada que justifique que una pareja del mismo sexo no tenga la misma capacidad para educar a sus hijos que una pareja heterosexual. Es mas, posiblemente una pareja del mismo sexo este mejor capacitada para educar a sus hijos en valores como la tolerancia y la no discriminación, por el simple hecho de ser del mismo sexo.
Que manía tienen todos estos energúmenos que, para defender sus sacrosanto matrimonio religioso, se dedican a descalificar y atacar a cualquier otro tipo de uniones legales entre personas, sean de igual o distinto sexo. Será que la falta de argumentos para defender su modelo de matrimonio les lleva descalificar a los otros. Dedíquense a imponer a sus ultracotólicos fieles las bondades de sus uniones religiosas heterosexuales y la necesidad de cumplir a rajatabla todos sus preceptos, para que luego no sean tan hipócritas como para desunir con dinero los su dios unió.
Decir que a través del divorcio exprés y la unión entre parejas del mismo sexo "se han puesto las bases para la destrucción del matrimonio y de la familia", no solo es una mentira sino que, con ello, se pretende descalificar cualquier otro tipo de relaciones de pareja que no sea el matrimonio religioso. Nadie está obligado ni a divorciase ni a unirse a una persona de su mismo sexo y el concepto de familia no es ni único ni puede estar basado en los preceptos restrictivos de una religión. Así que, aquellos que crean en la indisolubilidad del matrimonio católico, lo tienen muy fácil para no destruir ni su matrimonio ni su familia, respetar los preceptos de su secta. Los que optamos por otro tipo de unión entre personas, no aceptamos ni la indisolubilidad del matrimonio ni ese modelo de familia. Por lo tanto ¿donde está el problema?
Por desgracia el problema está en la mente retrógrada de personas como el obispo de Castellón y la mayoría de la jerarquía de la iglesia católica. No soportan la libertad de pensamiento ni aceptan la existencia de otros valores que no sean los castrantes de su secta y les gustaría la vuelta al nacionalcotolicismo e imponer por decreto unos valores que cada día la ciudadanía rechaza con mayor contundencia..
Salud, República y Socialismo
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