domingo, 19 de mayo de 2013

La burrada de la semana, Joan Rosell

A pesar de lo bien que les va a los empresarios  con las políticas laborales del Partido Popular, Joan Rosell, presidente de la CEOE, quiere mas. Ellos no quieren unas relacionas laborales modernas, siguen insistiendo en implantar unas relaciones laborales mas propias del feudalismo que del siglo XXI.

Para Rosell las relaciones laborales no es sinónimo de derechos si no todo lo contrario. A pesar que con la reforma laboral del P.P. los trabajadores hemos perdido derechos que nos costaron años de esfuerzo conseguir y muchas huelgas, movilizaciones, despidos e incluso algunos muertos; el troglodita Rosell afirma que “los parados se tienen que acostumbrar a aceptar empleos, por muy malos que sean". De ahí a trabajar por la comida y la cama va un paso. Aunque muchos empleos ya no permiten ni siquiera eso, ni comer ni alojarse dignamente.

JoanRosell Esa es una de las recetas del presidente de la CEOE para combatir el desempleo, la otra, maquillar las cifras del paro. Dice Rosell que los datos de la Encuesta de Población Activa no es fiable porque es solo una encuesta y que desde Europa se ven las estadistas españolas “manifiestamente mejorables” . Pero lo que se calla es que la EPA es una encuesta que está validada por Eurostat como la homologable con el resto de los indicadores europeos. Pero si Rosell no se fía de la EPA, tampoco le gustan los datos de paro registrado porque dice que hay desempleados que no deberían se considerados como parados, como los parados en formación o los prejubilados. No el importa el drama si no tapar las vergüenzas de las relaciones laborales españolas.

No le preocupan a Rosell los seis millones de parados que hay en el país. Lo único que parece preocuparle es la estética de los datos estadísticos. Es bastante vergonzoso que alguien que vive del erario público, la CEOE está financiada casi en su totalidad con fondos públicos, no le preocupe la situación de desprotección de sufren millones de familias que no tienen acceso a prestación alguna.

Tener que aceptar cualquier empleo, por precario, degradante, inseguro y mal pagado que sea, solo es una medio más para que los empresario españoles puedan competir del único medio que saber hacerlo, mediante la reducción de costes salariales y sociales. No saben, o no quieren saber, que solo los trabajadores bien pagados, bien formados, con derechos y que concilian su vida laboral y familiar son realmente productivos, económica, laboral y socialmente. Pero entonces estaríamos hablando de otra clase de empresarios, no los españoles.

Mas le valdría a Joan Rosell que se preocupara mas de la enorme cantidad de delincuentes económicos existentes en su organización, que de la estética de las estadísticas de paro.

Salud, República y Socialismo.

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