Hoy se han cumplido 75 años del asesino bombardeo de Gernika, llevada a cabo por la Legión Cóndor alemana y por la Aviación Legionaria italiana que apoyaban a las tropas franquistas.
Mucho se ha especulado sobre el objetivo del bombardeo. Los responsables del bombardeo lo justificaron bajo el pretexto de ser un objetivo militar, pero lo cierto es que los supuestos objetivos militares principales- el puente de Rentería y las fábricas de armamento-permanecieron intactos tras el bombardeo. Incluso los propios fascista, ante la evidente destrucción perpetrada, pretendieron culpabilizar a los milicianos republicanos bajo la excusa de facilitar la retirada del ejercito republicano.
Pero la realidad fue que el bombardeo tenia como objetivo el aterrorizamiento de la población civil republicana. Los 126 muertos producidos por los asesinos alemanes e italianos atestiguan la veracidad del objetivo de los sublevados: desmoralizar a la población civil. Pero no consiguieron destruir unos de los símbolos vascos, el árbol de Gernika; símbolo de las antiguas libertades de los vascos.
Lo que si consiguieron es que el bombardeo de Gernika quedara como un símbolo de los horrores de la guerra para todo el mundo. Un símbolo que a partir de entonces ha tenido muchas replicas dado que cada día mas, las guerras son sufridas de manera más violenta y discriminado por la población civil.
Hoy 75 años después el recuerdo de esta barbarie nos debe servir de homenaje a todos/as aquellos/as que dieron su libertad y/o su vida por defender las libertades republicanas y para denunciar el horror de todas las guerras, porque no hay ninguna guerra justa.
Salud, República y Socialismo
Yo pienso que huno más muertos según la documentación por la que he bucado.No obstante,un sólo muerto es mucho para los antifranquistas.
ResponderEliminar¡Salud y República!
Sí, yo también he leído que fueron entre doscientos y trescientos los muertos.
ResponderEliminarUn acto criminal absolutamente premeditado contra la población civil. Alemania pidió perdón. Todavía los historiadores franquistas hablan de accidente fortuito.
Salud y República