Nadie puede llamarse a engaño sobre este asunto con el Partido Popular, pues es de la pocas cosas que dijo claro durante la campaña electoral. Realizar una reforma laboral que elimine las rigideces de nuestro mercado laboral y que sirva para la creación de empleo.
Es la misma argumentación que el PSOE utilizó para realizar la pasada reforma laboral, que lo único que ha conseguido es rebajar el coste del despido y hacerlo mas fácil y aumentar la precariedad laboral. Tras la reunión, ayer, del P.P. con los sindicatos y la patronal se ha sacado al menos una cosa en claro, el P.P. está empeñado en llevar a cabo una nueva reforma laboral y les apuesto de plazo a los agentes sociales hasta el 6 de enero para llegar a acuerdo y en caso contrario legislará unilateralmente.
Pero ¿es necesaria una reforma de la reforma laboral? o estamos solamente ante la utilización de la crisis para recolocación de las clases sociales. En mi opinión estamos ante el segundo supuesto. Porque si el problema fuera de rigidez del mercado laboral, la reforma del Zapatero hubiera dado sus frutos. Esa reforma laboral hizo nuestro mercado laboral mucho más flexible al posibilitar que los costes de los despidos bajaran y se incrementara la casuística del despido procedente. Además de permitir el encadenamiento sin límite de la contratación temporal, hecho que debería haber facilitado más la contratación. Pero se ha producido el efecto contrario. Lo que únicamente se ha conseguido es reducir los costes laborales y del despido.
Pero se sigue insistiendo en el mismo discurso. Se dice que los costes laborales en España impiden la competitividad de las empresas. Y eso es falso, porque de ser cierto este país tendría que ser más competitivo que Alemania, por poner un ejemplo. El salario mínimo alemán es el doble del español y el salario medio es también bastante más elevado que el nuestro. Por tanto de ser cierta esa hipótesis, nosotros deberíamos ser más competitivos que los alemanes, pero es al contrario. Y para corregir esto quieren que la reforma modifique más la negociación colectiva. Atomizándola y haciendo prevalecer los convenios de empresa sobre los sectoriales y provinciales. El objetivo es claro llevar la negociación colectiva al ámbito individual para que el trabajador esté indefenso y de esta manera la patronal pueda imponer mejor sus leoninas condiciones laborales. Pretenden reducir el poder sindical y esto no solo es malo para los sindicatos, sino que es peor para los trabajadores.
La reforma laboral no crea empleo, lo único que hace es mejorar o deteriorar las condiciones laborales de los trabajadores en función del sesgo de la reforma. Para crear empleo es necesario que el crédito fluya mejor y se reactive la economía, entre otras cosas reactivando el consumo privado. Pero las medidas liberales de ajuste duro tomadas hasta ahora han ido en el sentido contrario, reducir la inversión pública y desincentivar el consumo privado. El resultado ya lo estamos padeciendo, una nueva recesión que hará mas larga y difícil la salida a la crisis económica.
El objetivo es, por tanto, construir un modelo social diferente al actual, basado en el bienestar social, y transformarlo en otro en el que, bajo la excusa de la crisis, se desmantelen los servicios públicos y se condene a la ciudadanía a costeárselos por partida doble (vía impuestos y contratación de servicios privados), si quiere acceder a ellos con un mínimo de calidad. Y esto no es sino lucha de clases, entendida como el intento de los poderosos de arrebatar a las clases populares los logros conseguidos durante decenas de años de lucha, en la calle, en los centros de trabajo y en el Parlamento. Los parlamentos los tiene ocupados la derecha política, sea nacional o nacionalista. Por tanto solo nos queda la calle y los centros de trabajo. De nuevo como en la transición política. La izquierda alternativa solo podrá llevar la voz de la calle y de los centros de trabajo al Parlamento, para servir de referente ético e ideológico frente actual derechización de las instituciones políticas.
Y en esto los sindicatos deberían tener que jugar un importante papel. Primero porque no hay nada que negociar, porque en estos momentos no hay nada a cambio que se pueda conseguir en la negociación. Segundo porque la patronal va sobrada y no va a ceder ni un ápice en la hipotética negociación, porque tiene aseguradas sus demandas en el Parlamento a través del nuevo gobierno. Y tercero por coherencia. Si ya se manifestaron contrarios a la reforma de Zapatero, está claro que la reforma de la reforma será más antisocial Y por otro lado no deben olvidar que tienen presentada, con las firmas de los trabajadores, una ILP para reformar la reforma de Zapatero en sentido positivo. El objetivo debería ser aprovechar la coyuntura para explicar a los trabajadores, en los centros de trabajo y en la calle, las consecuencias de la reforma de la reforma laboral y crear las condiciones para la segura confrontación que se tendrá que producir con el gobierno y la patronal, nada mas que el primero tome posesión de las riendas del país.
Salud, República y Socialismo.
Antonio,la decisión ya está tomada.Lo de ayer fue un paripé de Mariano.
ResponderEliminarEl segundo reformazo,apuesto,a que se hará por Real Decreto Ley.Rajoy ya ha presentado sus credenciales en la UE y le han dicho que va por buen camino.
¡Salud,República y Socialismo!
No nos pilla desprevenidos, no se puede esperar otra cosa de los peperacos, y creo que tienen muchos ases guardados en la manga. Nos ganarán la partida.
ResponderEliminarEstá todo atado y bien atado, por Mariano y Juan Rosell. Decretazo ley y nueva afrenta a los trabajadores aunque no sirva para crear empleo. El objetivo es empobrecerlos y quitarles derechos para que se entreguen a los empresarios.
ResponderEliminarSalud y República
Habrá que tomar la calle.
ResponderEliminarMás o menos como dicen los demás, no llegarán a un acuerdo sindicatos y CEOE, pq el PP decretará lo que los empresarios quieren. Eso sí el poder adquisitivo con tantos recortes, va a menos, cuando vean que no se consume porque no se puede ya espabilarán. Y deberíamos consumir lo justo e imprescindible para que aprendan.
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