Hoy día 25 de noviembre se celebra de nuevo el Día Internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres. Un día de lucha contra esta lacra social que niega el derecho fundamental de las mujeres a la vida, y que es la manifestación más devastadora de la discriminación por razón de género.
En España son ya 54 las mujeres que han muerto en lo que va de año por violencia de género. Unos asesinatos perpetrados, en la mayoría de los casos, cuando reclamaban su derecho a la libertad e independencia, y habían decidido librarse del sometimiento de quienes consideran normal aplicar el dominio sobre las mujeres.
Estos datos ponen de manifiesto que, a pesar de los cambios legislativos y del avance en la detección de la violencia de género, las sanciones y medidas de alejamiento de los agresores, aún sigue siendo necesario intensificar las acciones en educación y sensibilización de la sociedad para superar el sexismo e impedir que continúe la espiral de violencia contra las mujeres.
De la importancia de la educación y de la sensibilización de la sociedad para erradicar el problema de la violencia de genero nos habla el estudio realizado por la Federación de Mujeres Progresistas, en el que muestra que los estereotipos machistas perviven en las parejas de adolescentes. El 80% de los adolecentes cree que en una relación de pareja la chica debe complacer a su novio. Concluye el estudio que los roles adoptados por los adolecentes pueden ser el preludio de episodios de maltrato.
La educación en valores de igualdad sexual establecida en la asignatura de Educación para la ciudadanía, boicoteada por el P:P., es de vital importancia para evitar estas realidades entre los adolecentes. Imagino que con la llegada al poder del P.P. será mucho más difícil educar en igualdad.
Pero no es en este país donde se encuentran las peores situaciones de desigualdad y de violencia de genero. Ayer mismo denunciaba la situación de Gulnaz, joven afgana condena a 12 años de prisión por haber sido violada por el marido de su prima. En Afganistán, después de 10 años de invasión, la situación de la mujer no ha mejorado. La mujer sigue siendo considerada un objeto, las leyes no la protegen sino que la hace más dependientes y subordinadas al hombre. La shaira se ceba en las mujeres en los países donde el fundamentalismo islámico es la fuente de la legislación. Los azotes, los castigos físicos, las violaciones, la lapidación, la oblación del clítoris, los matrimonios infantiles, etc. son moneda corriente en los lugares donde se aplica la shaira.
Aunque no solo en los países islámicos se discrimina, se margina y se maltrata a la mujer. Cuanto menos cultura existe y cuanto más pobre es un país, las mujeres son más discriminadas y reprimidas por la sociedad en la que viven. Por eso para poder eliminar la violencia contra las mujeres es necesario también eliminar la incultura y la pobreza. No basta con la celebración de un día al año contra la violencia de genero, es necesario invertir en educación, en cultura y en la luchar contra la pobreza si queremos que la igualdad de sexos sea algún día una realidad.
Salud, República y Socialismo.
Un abrazo solidario para todas las mujeres.
ResponderEliminarUna plaga que parece imposible de superar. Hay que seguir gritando.
ResponderEliminarSalud y República
Esto es una lacra que ,por lo que se ve ,es muy difícil de erradicar.
ResponderEliminarNinguna mujer debe soportar el más mínimo trato denigrante y cuando éste se produzca debe arbitrar todas las medidas sociales y jurídicas que estén a su alcance.
¡Salud,República y Socialismo!
Muy preocupantes esas estadísticas en adolescentes. Éste es un tema complicado porque prevalece más la educación puertas adentro que reciben los hijos, lo que ven en sus casa y en su entorno a lo que pueda hacerse a través de campañas. Pero esperemos que pueda ir reduciéndose esa tendencia.
ResponderEliminarBesos
Para gritar pero también para seguir luchando desde todas las instancias.
ResponderEliminarSalud y República
Tu lo has dicho, lo importante es la educación.
ResponderEliminarUn abrazo.