¡Herejes del mundo unios!

Anda la iglesia católica española revuelta, mal asimila que al final la Ley de Salud Sexual  será aprobada porque ya hay mayoría parlamentaria que la respalda.

El obispo Martínez Camino, cual Santiago Matamoros, se ha convertido en el abanderado de la cruzada contra el aborto. Dice su eminencia que "Quitar la vida a un ser humano es contradictorio con la fe católica. Quien contribuya a ello está en la herejía y, por tanto, excomulgado" y no se salva nadie ni por activa ni por pasiva. Quien aborte, hereje, quien apoye con su voto la ley, hereje; quien practique una aborto, hereje. A este paso cuando se  apruebe la ley habrá más herejes que practicantes.

Y continua con sus amenazas "vale para todos los católicos, estén en el partido que estén y por encima de lo que les diga su partido". ¡Toma ya! eso se llama fundamentalismo religioso y querer que la moral religiosa este por encima de la ley civil, como en los tiempos de la santa cruzada.

Que bravucón esta este cura. Pues no le queda trabajo ni nada a la iglesia católica española. Ni echando horas extraordinarias van a poder excomulgar a tanto pecador público convertido en hereje. Pero no se preocupen que no llegará la sangre al rio. No hay bolitas. Se trata de amagar, de asustar,  de amenazar con los fuegos del infierno y de acojonar al personal; pero todo quedará en eso. Como diría Clemente son unos mingafrias. Además la confesión lo cura todo, se puede pecar y acto seguir ir al confesionario y obtener el perdón divino. Como los legisladores, “quien hizo la ley hizo la trampa”.

Saben perfectamente que la aprobación de la ley no tiene marcha atrás y que con ella se dará a las mujeres la garantía jurídica de la que carecen con la actual legislación y eso es lo que les aterra, que las mujeres puedan decidir en libertad  y sin la coacción de los que pretende que su visión de la moralidad sea ley para todos o de la Guardia Civil que se inventa pruebas y acosan las clínicas de planificación familiar.

Seguirán amenazando, seguirán sacando sus huestes a la calle, pero no podrán ocultar que una mayoría social quiere una ley que de mayor seguridad jurídica a las mujeres y no podrán evitar que esta vez si haya una ley que de verdad las proteja.

Salud, República y Socialismo.