Junto a las periódicas racias del ejercito israelí, los palestinos de la franja de Gaza, tienen otro problema: el objetivo de Hamas de islamizar ese territorio.
Decir que Hamas es una organización totalitaria y teocrática no es descubrir nada nuevo, es simplemente constatar una realidad, solo basta recordar la forma en que se deshizo de la administración de la Autoridad Nacional Palestina: a tiros. Una vez hechos con el poder absoluto en la franja la introducción del islamismo se ha ido abriendo paso día a día, hasta llegar a ser una imposición al conjunto de la ciudadanía de Gaza.
Hoy los efectos de esa islamización empiezan a pesar como una pesado losa sobre la libertad y de derechos civiles de los palestinos en Gaza. Desde la comprobación policial sobre el estado civil de las parejas que pasean hasta la obligación hacia las abogadas y el personal femenino de llevar el hiyab en los tribunales. Como siempre los islamistas cuando se trata de recortar libertades y derechos, de las primeras que se acuerdan son de las mujeres.
Las periódicas barbaridades cometidas por el estado de Israel y su continuo incumplimiento de la legalidad internacional no nos debería llevar a mirar hacia otro lado ante la realidad de Hamas. Una organización que en sus inicios fue apoyada por el propio estado de Israel para intentar menoscabar la popularidad de Arafat y aunque es cierto que sus redes sociales sustituyeron lo que la corrupta administración de Al Fatah era incapaz de realizar, lo que le le hizo incrementar su popularidad entre los palestinos, su objetivo final es la instauración de una sociedad teocrática , que todos sabemos a donde conduce.
Por eso, desde la izquierda, deberíamos saber diferenciar lo que significa la defensa de los derechos de los palestinos como pueblo, la creación de un estado y el derecho a decidir libremente sobre su futuro y lo que significa el apoyo a una organización teocrática como Hamas, no sea que al final ocurra lo mismo que con el apoyo de los EE.UU. a Bean Leaden, que se creó un monstruo que después fue difícilmente controlable.
Salud, República y Socialismo.
Por descontado que la diferenciamos, Antonio.Y estoy de acuerdo contigo.. Pero los mayores enemigos de Palestina siguen siendo sus invasores y la indiferencia Internacional.. Ya se sabe que en estas circunstancias es terreno abonado para un islamismo de lo más retrograda..
ResponderEliminarUn beso, Antonio.
Hamás ha sido fomentada por Israel, y las respuestas asesinas de esta organización son respuestas a un genocidio controlado. No seré yo quien les defienda, pero habría que ver a cualquiera de nosotros en su situación, ahora los israelíes siguen colonizando Palestina, por su culpa es posible que los niños de Gaza no puedan ir a la escuela (pásate si quieres por el blog de Mª Mercè, Pont de mar blava) y ahora la organización Human Wright Watch dice que ha habido asesinato selectivo de los israelíes.
ResponderEliminarAquí no vales equidistancias, los israelíes vuelven a las fronteras que les reclama la ONU y cumple con sus resoluciones y luego si hay que luchar contra Hamas, todos contra el terrorismo. Y no alimentemos más a ese monstruo machista, violento y terrorista como es Hamas.
Salud y República
Selma...
ResponderEliminarEl mayor enemigo seguramente será el estado de Israel, pero los palestinos tambien tienen un enemigo en casa que es Hamas.
Rafa
No se trata de equidistancias. Supongamos que existe un estado palestino independiente gobernado por Hamas, seguramente tendrías que escribir algo parecido a lo que dices en tu entrada "¿Que hacemos defendiendo a este miserable gobierno?".
Y eso es lo que hay que tratar de evitar.
Salud, República y Socialismo
Mi opinión es que la islamización de la zona es un grave riesgo, cuyas víctimas, especialmente mujeres, padecerán o ya padecen una situación de violación constante de sus derechos. Claro que estamos contra los abusos de poder del estado de Israel. También contra las prácticas bárbaras de cualquier modo de islamización.
ResponderEliminarEn fin, es complejo el tema.
Te he mandado una correo respecto a la película Los limoneros.
Un beso