Se estrecha el cerco

Hoy no es un buen día para Camps, hoy es de esos días  en los que los que al Presidente de la comunidad de valenciana se la habrá agriado el agua de Valencia. Y es que no es para menos, él que esperaba que su transito por los tribunales fuera un camino de rosas,  se ha equivocado porque el Tribunal Superior de Justicia de Valencia ha considerado que hay “suficientes indicios racionales” para juzgarle por un delito de cohecho.

Cada día que pasa las pruebas contra Camps son más concluyentes, el nuevo informe de la Brigada Policial contra la Delincuencia Económica y el Blanqueo de Capitales incluye dos nuevas pruebas documentales: una de correos electrónicos de las empresas corruptas y sus dirigentes y otra que refuerza la tesis del pago de regalos de la trama de Correa, obtenida de un ordenador requisado en la embarcación de recreo de la trama, Parapipi. El juez que instruye el sumario, Jose Flors, considera que existe "constancia" de que las prendas de vestir adquiridas por Camps fueron pagadas por sociedades vinculadas a Orange Market y no por él mismo e incluye en el sumario las conclusiones e indicios de cohecho  cometidos por Camps, Costa, Campos y Betore.

Ya no se trata de elucubraciones ni maniobras políticas de distracción de la crisis económica. Ya hay claras evidencias de la comisión de un delito de cohecho por parte de Camps y sus tres subordinados, pero parece que esto todavía no es suficiente para que tanto el P.P. como su Presidente Mariano Rajoy exijan responsabilidades políticas a sus militantes. Rajoy que se muestra contundente cuando se trata de irregularidades cometidas por miembros de otros partidos como en el caso del exministro de Justicia Bermejo y el más reciente el del director del CNI, Alberto Saiz; a los que sin estar imputados por ningún tipo de delito alentó y exigió su dimisión, parece que que a los miembros de su partido la presunción de inocencia es una especie de inmunidad política que les hace intocables a pesar de las cada vez más claras evidencias de comisión de diversos delitos.

Tanto debe ser la dependencia que Rajoy tiene de sus presuntos delincuentes, tanto miedo debe tener de lo que puedan declarar sin el paraguas protector del P.P. que prefiere seguirles apoyándolos ciegamente a pesar, no solo de las evidencias sino de la contestación en su propio partido. Mariano Rajoy ha unido su destino político al de Camps y Barcenas y en este envite es posible que se este jugando todo su futuro político, porque lo que es ahora un defensa numantina de unos encausados, mañana puede convertirse en la complicidad de dos condenados por delitos de cohecho y corrupción. Y si ese momento llegara, Rajoy sería corresponsable de los delitos cometidos y su destino irá paralelo al de los condenados.

Salud, República y Socialismo.