Para algunos hoy fue el día de la victoria, el día del fin de la guerra, de su cruzada contra la legalidad republicana; para otros fue el fin de un proyecto político emancipador que comenzó el 14 de abril de 1931.
Hace 70 años los logros conseguidos durante la II República española fueron borrados de un plumazo. El impulso a la enseñanza, el estado laico, los derechos emancipadores de la mujer, la incipiente reforma agraria, todos los avances sociales y políticos fueron aplastados por la barbarie fascista. La mujer queda recluida en el ámbito del hogar. “La tendencia del Nuevo Estado es que la mujer dedique su atención al hogar y se separe de los puestos de trabajo”, ya se establecía el BOE de 1938. Los docentes librepensadores fueron depurados y separados de la escuela, así como cientos de miles de profesionales sospechosos de apoyo a la República que corrieron igual suerte.
Aunque lo peor no empezó ese 1 de abril de hace 70 años, sino que desde el inicio del golpe militar la represión se cebó entre todos los defensores de la legalidad republicana. La cárcel y el pelotón de fusilamiento fue la respuesta del fascismo en las zonas conquistadas. La guerra acabó y comenzó la larga noche del fascismo con la secuela de terror organizado para exterminar todo lo que simpatizara con los ideales de la libertad y la democracia. Y mientras ellos dignificaron a sus muertos, los exhumaron, los rezaron, los condecoraron, resarcieron a sus huérfanos y viudas; los defensores de la legalidad republicana se pudrían en las cárceles y eran fusilados en las tapias de los cementerios o sus cadáveres permanecían y permanecen en las cunetas y en las tapias de los cementerios. Y pensar que esta realidad pudiera haber sido muy diferente si los llamados países democráticos de entonces no hubieran adoptado la falsa política de no ingerencia en el conflicto, mientras permitían que el fascismo y el nazismo europeo ayudaban sin pudor a los golpistas.
Pero la guerra no ha acabado, porque una guerra civil no acaba mientras a una de las partes no se le devuelve la dignidad robada. Y no se trata, como se ha repetido hasta la saciedad, de remover rencillas si no de devolver la dignidad a los represaliados por defender la legalidad republicana. 70 años son muchos años, no se puede esperar más porque si no es posible que no quede a quien devolver la dignidad. La ley de Memoria Histórica está demostrando su ineficacia, sin financiación para las exhumaciones, sin eliminación de los juicios sumarísimos que condenaron injustamente a cientos de miles de demócratas y con las travas impuestas a las iniciativas del juez Garzón (meses después de remitir la diligencias de las exhumaciones a los juzgados provinciales, ninguno de ellos ha contestado todavía), el desarrollo de la ley no puede ser más negativo. Las buenas palabras del PSOE rebotan frente al muro de la falta de medios, el rechazo del P.P. y una ley que se queda a medio camino de los objetivos necesarios.
En definitiva otro aniversario que evidencia de nuevo la doble vara de medir de una derecha anclada en el pasado y una “izquierda” que parece querer olvidar su pasado
Salud, República y Socialismo.
Hace 70 años los logros conseguidos durante la II República española fueron borrados de un plumazo. El impulso a la enseñanza, el estado laico, los derechos emancipadores de la mujer, la incipiente reforma agraria, todos los avances sociales y políticos fueron aplastados por la barbarie fascista. La mujer queda recluida en el ámbito del hogar. “La tendencia del Nuevo Estado es que la mujer dedique su atención al hogar y se separe de los puestos de trabajo”, ya se establecía el BOE de 1938. Los docentes librepensadores fueron depurados y separados de la escuela, así como cientos de miles de profesionales sospechosos de apoyo a la República que corrieron igual suerte.
Aunque lo peor no empezó ese 1 de abril de hace 70 años, sino que desde el inicio del golpe militar la represión se cebó entre todos los defensores de la legalidad republicana. La cárcel y el pelotón de fusilamiento fue la respuesta del fascismo en las zonas conquistadas. La guerra acabó y comenzó la larga noche del fascismo con la secuela de terror organizado para exterminar todo lo que simpatizara con los ideales de la libertad y la democracia. Y mientras ellos dignificaron a sus muertos, los exhumaron, los rezaron, los condecoraron, resarcieron a sus huérfanos y viudas; los defensores de la legalidad republicana se pudrían en las cárceles y eran fusilados en las tapias de los cementerios o sus cadáveres permanecían y permanecen en las cunetas y en las tapias de los cementerios. Y pensar que esta realidad pudiera haber sido muy diferente si los llamados países democráticos de entonces no hubieran adoptado la falsa política de no ingerencia en el conflicto, mientras permitían que el fascismo y el nazismo europeo ayudaban sin pudor a los golpistas.
Pero la guerra no ha acabado, porque una guerra civil no acaba mientras a una de las partes no se le devuelve la dignidad robada. Y no se trata, como se ha repetido hasta la saciedad, de remover rencillas si no de devolver la dignidad a los represaliados por defender la legalidad republicana. 70 años son muchos años, no se puede esperar más porque si no es posible que no quede a quien devolver la dignidad. La ley de Memoria Histórica está demostrando su ineficacia, sin financiación para las exhumaciones, sin eliminación de los juicios sumarísimos que condenaron injustamente a cientos de miles de demócratas y con las travas impuestas a las iniciativas del juez Garzón (meses después de remitir la diligencias de las exhumaciones a los juzgados provinciales, ninguno de ellos ha contestado todavía), el desarrollo de la ley no puede ser más negativo. Las buenas palabras del PSOE rebotan frente al muro de la falta de medios, el rechazo del P.P. y una ley que se queda a medio camino de los objetivos necesarios.
En definitiva otro aniversario que evidencia de nuevo la doble vara de medir de una derecha anclada en el pasado y una “izquierda” que parece querer olvidar su pasado
Salud, República y Socialismo.
Pues si, la ley de Memoria Historica esta ahi, aunque sea insuficiente, pero nadie hace tampoco nada por cumplirla.
ResponderEliminarSí, lleva razón Jose, no sólo es corta e insuficiente sino que además cuesta un montón que se cumpla esta Ley de la Memoria. Hay incumplimietnos flagrantes constantes y tampoco la fiscalía toma acción. En fin, Antonio, como en tantas otras cosas, el PSOE se ha vuelto a quedar en las puertas.
ResponderEliminarSalud y República
A ver si hago esta foto de la catedral de Girona donde se sigue viendo rastros de esta terrible y vergonzosa : Victor... Te la mandaré por mail...
ResponderEliminarUn beso, Antonio.
Jose...
ResponderEliminarEn este caso hay reponsables concretos, el PSOE que no la impulsa adecuadamente y la derecha en general y el P.P. en particular que boicotea su aplicación allí donde pueden.
Rafa
A las puertas y sin prisas por entrar.
Selma
Son en tantos sitios que despues de 70 años resulta vergonzante.
Salud República y Socialismo
la clave está en lo que dices, Antonio...en que queda pendiente devolver la dignidad de muchos, y, también, reconocer la interrumpida legitimidad de nuestra última democracia.
ResponderEliminarUn abrazo
Daniel...
ResponderEliminarSi mientras que eso que tu dices no se haya resuelto no se habran superado todos los agravios de la guerra.
Salud, República y Socialismo