Esperanza Aguirre se cree con autoridad para dar lecciones de honestidad y honradez a tirios y troyanos, pero hasta eso, en ella, es una falsedad, Aguirre esta descalificada para dar lecciones de ética política a nadie.
Todo en ella es impostura, todo en ella es falsedad, pero cuanto más inculta es la persona mejor cae. Es graciosilla, pizpireta y va de sexagenaria bonachona y eso lo utiliza para hacer de la mentira su mejor arma política. Sabe que lo va a tener muy difícil. Que aunque el PP. consiga ser la primera fuerza política en el ayuntamiento de Madrid, va a tener muy complicado ser la alcaldesa de Madrid. Por eso, para conseguir su objetivo, utiliza lo peor de las armas políticas, la difamación.
Y eso es lo que ha utilizado contra Manuela Carmena estos días. Quiero dejar claro que esto no es un apoyo hacia "Ahora Madrid", mi opción es otra. Primero la acusó de no ser jueza, porque había sido elegida por el cuarto turno. Mentira. Cuando quedó aclarado el asunto, ni una sola disculpa, lo había leído en un papel. Después se hace eco del libelo de La Razón. Y sin ningún pudor la acusa de hacer una levantamiento de bienes para que su marido evitara el pago de salarios a unos trabajadores. Cuando se demuestra documentalmente la falsedad, Aguirre se limita a mirar para otro lado. Aguirre aplica la regla de "difama que algo queda". Todo le vale para conseguir su objetivo político.
Y luego tiene la desfachatez de ir de adalid contra la corrupcion. Ella que está rodeada de corruptos y de corrupción. Los casos Gürtel y Púnica han llevado a la prisión o a la imputación a la mayoría de sus principales cargos de confianza, aunque como Rajoy diga que ya no están en el PP o que no eran ni amigos ni de confianza. Solo basta con recortar a los más cercanos como Granados, número 2 de la comunidad de Madrid, Manuel Lamela y Juan José Güemes, consejeros de Sanidad e imputados por prevaricación y cohecho, Ginés López y Jesús Sepúlveda, exalcaldes de Arganda Rey y de Pozuelo de Alarcón, de los que llegó a decir que "Creemos absoluta y totalmente en su inocencia". Están imputado por la Gürtel.
Pero ella es así, descarada e hipócrita que pide la dimisión de una candidata, con posibilidades de segarle la hierba bajo los pies, por los problemas económicos de la empresa de su marido. Los mismos que los del marido de su compañera Cifuentes, candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid, pero esta es aliada y no cuenta. Dice la fugista, por aquello de arrollar una moto municipal y fugarse de los municipales, que si Carmena viviera en Londres ya hubiera dimitido. ¿Cuanto tiempo debería hacer que Aguirre no solo debiera haber dimitido, sino abandonar la política por toda una trayectoria rodeada de corruptos y corrupción? Ya no se acuerda que ella llegó a presidenta de la Comunidad de Madrid gracias a la compra de voluntades del Tamayazo.
Esta nerviosa, muy nerviosa. Tan nerviosa que ya no se acuerda que siendo ella presidenta de la Comunidad de Madrid constituyó Madrid Network y sirvió, entre otras cosas para dar créditos baratos a sus amiguetes, entre ellos Manuel Lamela e Ildefonso de Miguel. Como tampoco se acuerda que dos empresas opacas de su marido se beneficiaron de 2,5 millones de euros de subvenciones de la UE y la Sra. Aguirre no da explicación alguna de este echo, pero tiene el descaro de exigírselo a los demás. Y está muy nerviosa porque, aunque hoy las encuestas le dan la primera posición en la lucha por la alcaldía de Madrid, no tiene garantizada para nada su elección. Su elección depende del capricho de Albert Rivera líder de C's y parece que anda muy quisquilloso a la hora de poner condiciones de pureza y honradez. Al menos es lo que está exigiendo en Andalucía. ¿Será tan exigente después del 24 de mayo con los lideres del PP que necesiten de su voto?
No. Esperanza Aguirre no tiene ninguna autoridad moral para exigir honestidad ni honradez a nadie, porque todo lo que le rodea está sucio y corrupto. Ella es la responsable política de la Gürtel y la Púnica y como tal debería haber abandonado la política hace ya mucho tiempo. Madrid y los madrileños no se merecen el castigo diabólico de llegar a tener una alcaldesa como Esperanza Aguirre. Pero eso solo depende de los madrileños, de que no se dejen engañar con sus falsos cantos de sirena.
Salud, República y Socialismo.
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