El gobierno del Partido Popular ha tenido como uno de sus objetivos, en esta legislatura, degradar la enseñanza publica y potenciar la enseñanza privada. Y para hacer rentable la enseñanza privada primero hay que bajar la calidad de la publica. Si con la LOMCE se degradó la enseñanza obligatoria ahora Montserrat Gomendio, secretaria de Estado de Educación, ha puesto el punto de mira en la educación universitaria.
Primero fueron los recortes presupuestarios en las universidades públicas, después el decreto 3 + 2 por el que se reducen los grados y se incrementan los master y ahora Montserrat Gomendio pone en cuestión quien tiene que pagar los estudios universitarios. Dice Montserrat Gomendio que el sistema de financiación de las universidades públicas "es un sistema que no es sostenible y, por lo tanto, tendremos en algún momento que iniciar el debate sobre qué tipo de sistema queremos".
Para justificar su burrada argumenta que "tenemos una de las mayores tasas de alumnos de Europa, una de las tasas de matrícula más bajas, impuestos bajos y prácticamente ninguna selección para entrar en la universidad". Y lo dice a pesar de que recientes estudios desmienten las afirmaciones de la secretaria de estado. Pero el problema reside en algo que ella misma dice "impuestos bajos". Ellos causan el problema impidiendo una reforma fiscal progresista donde los que más tienen más paguen, incrementando la recaudación y posibilitando la redistribución de la riqueza. En lugar de ello se justifican en los impuestos bajos para incrementar la desigualdad social y dificultar el acceso a la universidad.
Eso es lo que está en el trasfondo de sus propuestas y sus reformas legislativas, impedir el acceso a los estudios superiores a los hijos de las capas sociales más desfavorecidas. El objetivo es volver a principios de siglo pasado, donde solo los poderosos y las grandes fortunas podían enviar sus hijos a la universidad. Incrementar las tasas universitarias y reducir la cuantía de las becas y dificultar el acceso a las mismas fue el primer paso para introducir la desigualdad en la enseñanza universitaria.
El decreto 3 + 2 fue el segundo. Disminuyendo los grados e incrementando los master, se dificulta el acceso a una enseñanza de calidad a los sectores más empobrecidos de la sociedad e imponen otro objetivo: que solo los hijos de los poderosos tengan acceso a una formación de calidad y por lo tanto estén mejor preparados para acceder a los mejores empleos. Es un objetivo de clase, ellos saben muy bien que las clases sociales existen y son ellos los que de manera descarnada están llevando la lucha de clases (que también existe) a los extremos más radicales.
Somos el país, después de Reino Unido, con los masters más caros de la UE. Los países nórdicos ofrecen sus masters de manera gratuita gracias a su mayor recaudación fiscal. Pero es que en Francia el coste de un master es de poco mas de 200€. Con esto además de intentar echar de la universidad a los alumnos con menos recursos, se potencia la universidad privada que se especializa en los masters con más posibilidades de futuro.
La tercera pata de la elitización de la universidad se sustenta en la burrada de Montserrat Gomendio. Que en resumen se reduce en quien tiene que pagar los estudios universitarios. Y ella lo tiene muy claro, "en Norteamérica son los estudiantes y sus familias quienes pagan su Educación superior, porque entienden que toda la ventaja de la empleabilidad va al individuo". Ella es partidaria de los prestamos bancarios para costearse los estudios universitarios (con 14,5 millones de euros de patrimonio es lógico practicar la insolidaridad fiscal). Ese es el modelo que impera en los EE.UU. y es el modelo que pretende implantar. Lo sustenta es que son prestamos a interés cero que no se empiezan a devolver hasta que el estudiante acceda unos ingresos razonables. Pero la realidad está demostrando que este sistema ha fracasado ya en los EE.UU. Hoy la nueva burbuja, en los EE.UU., es la de los prestamos universitarios. La deuda a los bancos por prestamos universitarios impagados supera ya la de los prestamos hipotecarios. Y lo que es peor, se condena a los jóvenes que no pueden pagar sus prestamos en personas cercanas a la exclusión social, porque ni acceden al mercado de trabajo, ni pueden acceder a nuevos créditos y ni pueden hacer planes de futuro.
Si eso ocurre en los EE.UU. ¿Qué podría suceder en España con unos niveles salariales de miseria y unos niveles de paro de vergüenza? Por eso la burrada de Montserrat Gomendio tiene su sentido desde la perspectiva del Partido Popular de incrementar la desigualdad social y la brecha social. Ellos obvian que la educación y la formación no es un gasto sino una inversión social y que su rentabilidad no se debe medir en términos económicos, sino sociales. Los jóvenes universitarios bien preparados revertirán con creces a la sociedad el coste de su formación, porque las personas bien preparadas son la garantía del futuro progreso económico y social. Pero el PP solo está interesado en su particular lucha de clases contra el sector más desfavorecido de la sociedad y de momento va ganando la batalla. De nosotros depende que ganen la guerra.
Salud, República y Socialismo.
Que tengas una buena semana.
ResponderEliminarLlevas razón, mejor no opinar para no empezar la semana cabreada.
Un saludo.