Después de 28 años de
existencia del muro estaba claro que más pronto que tarde el muro de
Berlín caería, llevando una brisa de libertad a los alemanes del Berlín
oriental. Pero a veces una casualidad puede hacer que las cosas se
precipiten y en esta ocasión una casualidad hizo que la caída del muro
se adelantara.
En
1989 las ansias de libertad de los alemanes del este se acrecientan de
manera especial. La frontera de Hungría es utilizada para salir hacia
Austria, hasta agosto ya habían conseguido salir de Alemania Oriental
3.500 personas por ese método. En septiembre consiguen salir a través
de las embajadas de Praga y Varsovia otros 5.500 alemanes. El 11 de
octubre lideres del SED confiesan la necesidad de realizar reformas
democráticas. El 16 de octubre 120.000 manifestantes en Leipzip piden
democracia y elecciones libres. El 18 de octubre Erich Honecker, Jefe
del SED dimite de sus cargos en el partido Comunista y el estado. Es
reemplazado por Egon Krenz. El 4 de noviembre 500.000 berlineses
orientales se manifiestan pidiendo elecciones libres, libertad de viajes
y reformas democráticas. El 7 de noviembre dimite todo el gobierno de
la RDA. El 8 de noviembre dimite el Politburó del SED. Ese mismo día se
elige un nuevo Politburó y designa como primer ministro a Hans Modrow.
El
9 de noviembre Günter Schabowski, miembro del Politburó, da una
conferencia de prensa para informar de los acuerdos del SED del día
anterior. A las 18:53 Schabowski saca un trozo de papel y lee lo que en
él estaba estaba escrito. Aparentemente no conocía el contenido de ese
papel que, antes de la conferencia de prensa, le había entregado Ergon
Krenz, sucesor de Honecker:
“Los
viajes privados al extranjero puede ser realizados sin ser necesario
presentar o solicitar condiciones para ello, motivos justificados o
causas familiares. Los permisos se otorgarán al poco tiempo. Las
competencias correspondientes, -Schabowski levantó la vista- las
oficinas de la policía, tienen que otorgar las visas con prontitud y sin
que sea necesario para ello cumplir condiciones especiales.”
En
la sala se oyen murmullos ¿que significa esto? ¿viajes privados? ¿sin
motivos justificados"? ¿permisos en corto tiempo? Los periodistas están
confundidos, también a Schabowski le cuesta entender lo que acaba de
leer.
Pregunta: ¿Es esto también valido para Berlín Oeste?
Schabowski se encoge de hombros, rebusca entre sus papeles: “Por consiguiente (silencio) si, si” Entonces sigue leyendo “La posibilidad de viajar se puede realizar desde cualquier frontera de la RDA a la BRD o desde Berlín Oeste”.
Pregunta: ¿Cuando entra en vigor?
De nuevo Schabowski rebusca entre sus papeles: “Según tengo entendido,… entra en vigor inmediatamente.”
El
“telediario” de la 20:00 horas se hace eco de las palabras de
Schabowski: “La RDA abre la frontera”. Y de esta manera miles de
berlineses orientales se enteran de las declaraciones de Schabowski. Y
este hecho es lo que precipita los acontecimientos.
Puente Borholmer |
A
las 20:30 horas miles de personas se concentran en el puesto
fronterizo del puente de Borholmer así como en los demás puestos. Unos
exigiendo pasar la frontera, otros por ver con curiosidad lo que
verdaderamente estaba pasando. A las 21:00 la multitud exige a gritos la
apertura del puesto fronterizo, la caravana de coches es ya de más de
un kilometro. A las 22:30 el jefe del puesto fronterizo llama a su
superior: “No podemos detenerlo más, tenemos que abrir el GÜST. Hay que
regular el control y dejar que la gente salga” . Nadie se atreve a dar
una orden en contra. El puesto fronterizo es abierto y miles de personas
se precipitan por el puente de Borholmer en dirección a Berlín Oeste. Y
con efecto dominó los demás puestos fronterizo se van abriendo uno tras
otro. A las 00:02, según los informes de la policía del este, todos
los puestos fronterizos están abiertos. El muro de Berlín ha caído,
aunque físicamente siga existiendo algún tiempo más.
La
caída del muro significó la consecución de las libertades democráticas
de los alemanes orientales, tras la unificación un año después, y
también para iniciar el principio del fin de los países del socialismo
real, pero también para que esos alemanes se dieran cuanta de que lo que
había en el oeste no era la panacea y que el capitalismo no
solucionaba sus problemas, era un problema más.
Esperemos que mas pronto que tarde todos los muros que separan personas caigan y en su lugar se construyan puentes que posibiliten el intercambio cultural y de civilizaciones y el mundo pueda vivir en paz, armonía y solidaridad.
Salud, República Socialismo
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