miércoles, 13 de agosto de 2014

La deflación, ese nuevo problema

Andan los peperos muy encantados de haberse conocido, por aquello del incremento empleo basura y el PIB que sube aunque la actividad económica continua ralentizada, porque solo hace que se destruyan empleos de calidad y se multipliquen por empleos precarios y de corta duración. La evolución del IPC no hace sino confirmar la permanentes mentiras del Partido Popular.

En el mes de julio el IPC interanual a bajado hasta el -0,3%. Es decir que la economía española está entrando en deflación. Y aunque esto tenga algún efecto positivo, como un pequeño respiro para los devaluados salarios y las pensiones de los jubilados, la tremenda realidad es que no es bueno para la económica española en general.

La deflación implica, en una economía de mercado, que hay un exceso de oferta y una escasa demanda, lo que fuerza los precios a la baja. Pero implica sobre todo que hay un déficit de consumo como consecuencia de las permanente disminución de poder adquisitivo de los salarios y pensiones, el incremento de parados que no perciben prestación alguna y la disminución de las prestaciones de todos tipo (desempleo, dependencia, etc.).

Y si esto persiste en el tiempo, y así llevamos ya unos meses, se termina bloqueando el consumo. Y ya sabemos cual es la consecuencia de la caída del consumo, desaceleración económica y destrucción de empleo. Y vuelta a empezar, porque eso fue lo que se generó al inicio de la crisis. Una espiral de la contracción del consumo e incremento del desempleo y la excusa para las reformas laborales que solo trajeron miseria para millones de españoles. Y los ultraortodoxos del liberalismo siguen con la orejeras puestas pensando en las mismas recetas que nos han llevado a este caos económico y social.

Pero es que incluso hasta los guardianes de la ortrodoxia, el BCE, advierten que un aumento de los precios muy por debajo de 2%, como ocurre ahora en España y en menor medida en la UE, "no es otra cosa que un síntoma de la debilidad de la demanda, de la incapacidad para hacer llegar las multimillonarias inyecciones de liquidez a la economía, del mal funcionamiento de la banca, de que las expectativas no acaban de despegar". Es decir la constatación del fracaso de las brutales políticas de recortes económicos y sociales a la que se ha sometido a la ciudadanía española y europea. Aunque ellos seguirán sin rectificar a pesar de que de vez en cuando, con la boca pequeña, reconozcan que se han pasado de frenada.

En una económica de mercado o se incentiva el consumo o se cae el castillo de naipes sobre la que está constituida. Y el consumo no se incentiva ni con recortes salariales ni con reformas fiscales que solo benefician a las grandes empresas, las instituciones financieras y a las grandes rentas. La solución pasa, como propone CC.OO., por la reactivación de la demanda interna que solo será posible con la mejora del poder adquisitivo de los salarios, por una recuperación del empleo de calidad y con derechos (los empleos precarios, temporales y a tiempo parcial, con bajos salarios no son los que van a impulsar y consolidar una recuperación duradera). Y con una reforma fiscal progresiva con la que se obtengan los recursos necesarios que permitan abaratar el coste básico de la vida de la población (en línea con la bajada del IVA de alimentos y suministros del hogar que propone CCOO) y disponer de recursos suficientes para mejorar la protección social con la que atender a las personas víctimas de la crisis y en riesgo de exclusión e impulsar un ambicioso plan de empleo.

Pero seguro que en el Partido Popular seguirán en ese mundo de hadas en el que se han instalado, con una recuperación que solo afecta a los poderosos, las grandes empresas y las instituciones financieras y la defensa de una reforma laboral que solo hace destruir empleo de calidad y transformarlo, multiplicado, en empleo precario y temporal. Pero que se anden con cuidado, porque parece que la ciudadanía empieza a despertar de su letargo y el panorama político comienza a girar de manera acusada hacia la izquierda. El miedo esta empezando a cambiar de bando y por eso intentan dar un golpe de estado democrático  que evite la perdida de poder político que se les avecina.

Salud, República y Socialismo.

3 comentarios:

  1. Sólo un apunte: la deflación es un exceso de oferta no de demanda, lo que implica que para poder vender hay que bajar los precios con todas las consecuencias que indicas en el post, más bajadas de sueldos, más paro,etc. etc.
    Lo único que salvaría esta situación como bien indicas es empleo estable y de calidad, amén de unos salarios decentes que permitan a la gente consumir no sólo sobrevivir. No me alegro de esta situación pero creo que tarde o temprano tendrán que cambiar. Por cierto, acabo de ver en un portal de empleo Infojobs un trabajo de operador de telefonía, jornada completa de lunes a domingo, y dice que el salario ronda entre 8000-10000€ brutos anuales. Si alguien no se lo cree dejo el enlace: https://www.infojobs.net/murcia/operador-telefonico/of-i2840b1b5dd49d089babc2145ba8713
    Así es imposible que el consumo repunte.
    Un saludo.

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  2. Llevas razón, ha sido un error de escritura. Lo voy a rectificar par no dar lugar a error. Muchas gracias.
    Por desgracia estos HDLGP han hecho que tener un empleo no implique estar fuera del umbral de la pobreza. Esa es de la única competitividad y productividad que extienden estos dirigentes y empresarios que padecemos.
    Un saludo.

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