Hoy se han enterrado los seis mineros fallecidos en una mina de Pola de León. Y de nuevo, desgraciadamente, se confirma que para los gobiernos habidos hasta ahora, hay dos clases de muertos: los de primera clase y los demás.
Siempre me indigna que cuando, en accidente de trabajo, fallece un militar o un miembro de los cuerpos de seguridad del estado, se les hace una funeral de estado, se les condecora con no se que medalla al mérito civil o militar y por añadido se incrementa la pensión al derehabiente. Yo no digo que o sea justo, pero me parece tremendamente injusto que cuando esto le sucede a un trabajador de los de a pie, a los gobierno solo les interesa para hacerse la foto y a veces ni para eso.
Estos muertos son tan servidores de la patria como los militares o los miembros de las fuerzas de seguridad. En algunos casos lo son mas. Por eso es aún más doloroso su abandono. Hoy se les ha visto fuera de lugar, al presidente de Castilla León y al delegado del gobierno, y los mineros se lo han recordado con su desprecio. Algunos como el ministro de Industria, José Manuel Soria, ni se ha atrevido a ir. Le ha faltado bemoles. Son todavía muchas las heridas abiertas por un ministro que pretendía desmantelar un sector del que dependen muchas familias de mineros.
Todavía resuenan en las cuencas mineras las palabras del ministro Soria y otros miembros del gobierno y del Partido Popular, "los mineros son unos privilegiados". Trataban de desprestigiar su lucha contra la pretensiones de desmantelamiento de la minería del carbón en España. No lo consiguieron por dos razones, la primera por la contundencia de su lucha y la segunda porque supieron ganarse la solidaridad de la sociedad. Por estas razones hoy no podían ser bien recibidos y los que se han atrevido a acudir han sido recibidos con gritos, descalificaciones y el desprecio de los mineros y sus familiares.
En este país, donde hasta la muerte es manipulada por el estado, hay que exigir dignidad para los que día a día constituyen de manera eficaz a engrandecerlo, los que con su trabajo diario crean riqueza y bienestar para el conjunto de la sociedad. Pero en su lugar este gobierno solo les ha correspondido con recortes y pretensiones de desmantelamiento de un sector, que solo gracias a una heroica lucha de los afectados, se ha podido evitar.
En el día, que hace tres años, murió otro heroico luchador, Marcelino Camacho, los mineros de la mina de Pola de León han sido enterrados. Ellos se merecen más honores que esos muertos de primera clase que los gobiernos utilizan para su beneficio político.
Salud, República y Socialismo.
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