Hoy se han cumplido 40 años del golpe militar que derrocó al legítimo gobierno de la Unidad Popular encabezada por Salvador Allende. 40 años del golpe fascista y del asesinato de Salvador Allende.
Con el golpe de Pinochet se frustraron las esperanzas que un pueblo había puesto en las reformas progresistas del Gobierno de Salvador Allende, entre ellas y como más importante, la nacionalización de la minería del cobre y la banca, la reforma agraria y las reformas sanitarias, educativas y sociales. Con el golpe también se iniciaron 17 años de barbarie, desapariciones, torturas, asesinatos y desmantelamiento de lo construido por la Unidad Popular.
Los que apoyaron y financiaron el golpe militar, los EE.UU., rápidamente desembarcaron en la economía chilena para cobrarse el botín. Llegaron los Chicago's Boys de la escuela de Milton Friedman e iniciaron su labor de desmantelamiento del estado, dejándolo todo en manos del mercado. Las consecuencias son del todo conocidas, el desmantelamiento de todo lo publico y la privatización de todo aquello que pudiera ser susceptible de beneficio económico. La salud, la enseñanza, las pensiones, etc., es decir, todo lo que tuviera algo que ver con el estado del bienestar fue privatizado y puesto en manos de grupos financieros cuyo único objetivo fue la obtención del beneficio.
Parece que esa música nos suena también aquí en la España de hoy. Si en Chile fue un golpe militar lo que llevo a la privatización de todo lo público, en España es un golpe democrático, pues eso es lo que es ganar con mentiras y gobernar también en base a la mentira, lo que está acabando con el estado del bienestar y privatizando todo lo publico que pueda ser susceptible de beneficio económico, bajo la excusa de la crisis económica.
El próximo 17 de noviembre se celebraran elecciones presidenciales chilenas que enfrentarán a la socialista MIchelle Bachelet y la derechista Evelyn Matthei. Paradogicamente los padres de ambas eran altos oficiales del ejercito en el momento del golpe militar. El de Bachelet murió en la cárcel por allendista, el de Matthei perteneció a una de las Juntas de Gobierno de Pinochet. Dentro de unos meses los chilenos tendrán de nuevo la oportunidad de hacer que la obra de Allende se reinicie.
Sirvan las últimas palabras del último discurso de Salvador Allende, como homenaje de quien pretendió lleva a Chile hacia el socialismo por la vía democrática y mejorar la calidad de vida de los más desfavorecidos, pero la barbarie se lo impidió.
"Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.
¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!
Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición."
Salvador Allende, siempre en la memoria.
Salud República y Socialismo.
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