miércoles, 19 de junio de 2013

Ni sus propios errores frenan al FMI

Los informes periódicos del FMI son como la peste, provocan la miseria y la muerte. En este último informe para España, el FMI vuelve a exigir nuevas medidas regresivas para acabar con una crisis económica de la que no somos responsable.

Para el FMI la salida de la crisis económica pasa por incrementar las medidas que han demostrado el más estrepitoso fracaso. Da igual que tuvieran que reconocer que se pasaron con las medidas impuestas a Grecia y que esas medidas fueran las responsables de la situación de incremento de la recesión del país heleno y de condenar al paro y la miseria a millones de trabajadores griegos. El FMI es insensible al sufrimiento ocasionado a millones de trabajadores. No solo no rectifican de sus errores si no que además insisten en las mismas recetas que han ocasionado un incremento de la crisis económica.

Insistir en más reformas en materia laboral como reducción de los salarios, reducir los costes de despido, descuelgues de convenios, reducir el margen de interpretación judicial de los despidos colectivo y aplicación del factor de sensibilidad de las pensiones, no solo no va a ayudar a salir de la crisis si no que va agravar mas la situación. 

El primer año de aplicación de la reforma laboral del P.P. ha tenido como consecuencia la destrucción de casi un millón de puestos de trabajo y la reducción de los salarios en torno a un 4%, el retraimiento del consumo y la perdida de derechos laborales y sociales. No son esas medidas las que se necesitan para salir del agujero en nos metió la crisis del sistema financiero, si no medidas incentivadoras que provoquen crecimiento económico.

La moderación salarial que se ha producido en este periodo no ha traído como consecuencia la creación de empleo. Nuestra patronal es una patronal troglodita que no conoce otras medidas para incrementar la productividad y competitividad de las empresas que no sea a través de la reducción de los costes salariales. Pero ni aún así eso se traduce en creación de empleo, si no en incremento de los beneficios empresariales. En 2012, por primera vez en la historia, el peso de los beneficios empresariales en el PIB han superado a las rentas del trabajo. Un hecho que puede clarificar bien cual es la situación, es que durante la crisis el número de los muy ricos se ha incrementado en España en un 5,4% mientras que la pobreza se ha incrementado hasta limites vergonzosos.

Resulta extremadamente vergonzoso y obsceno que mientras se piden enormes sacrificios a los trabajadores para salir de una crisis de la que no somos responsables, la directora gerente del FMI, Cristine Lagarde, percibiera en 2012 un salario de 324.000 euros libres de impuestos, ademas de otros 58.000 euros en concepto de gastos de representación. Quienes no han sido elegidos por nadie se atribuyen el poder de decidir cual a de ser la política económica de los gobiernos con problemas. Aunque lo más grave es que esos gobiernos acepten sus recetas sin siquiera la más mímica actitud critica.

No puede salirse de la crisis a cualquier precio. Los salarios no se pueden deprimir hasta el limite de  no permitir tener una vida digna. El trabajo tiene que ser también una actividad digna y con derechos. No se puede permitir que en aras de una falsa salida a la crisis económica se nos devuelva a la oscura noche del feudalismo y eliminar derechos que han costado mucho esfuerzo en conquistarlos  y muchos de esos derechos se han conseguido muchas veces a cambio de ceder en incrementos salariales. Las conquistas sociales, el estado del bienestar, no nos ha sido regalado, ha sido producto de muchos años de lucha ciudadana y también de algunos muertos. Es inaceptable que, con la excusa de la crisis económica, gobiernos reaccionarios eliminen esos derechos y en muchos caso sea la excusa para grandes privatizaciones de nuestro escuálido estado del bienestar.

La salida a la crisis necesita entre otras actuaciones, un reforma fiscal progresista que haga que de verdad los que mas tienen hagan mayor esfuerzo tributario y que persiga y penalice el fraude, una subida de los salarios para estimular el consumo, un incremento temporal de las cotizaciones sociales para preservar el sistema público de pensiones, que el crédito fluya para las empresas y las familias y establecer un programa de protección para las familias sin recurso, además de. un plan de protección a las personas. Es decir todo lo contrario de lo que propugna el FMI.

Salud, República y Socialismo

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