Soy ateo, por tanto para mi el espíritu de la Navidad no tiene significación alguna. Solo la excusa para sentar a la mesa a los seres queridos.
En esta ocasión mas que en otras, me ha embargado un sentimiento de resentimiento. Un resentimiento contra los que nos gobiernan y esos otros que sin gobernarnos nos imponen una existencia miserable. Millones de personas son condenadas en España al paro, al hambre y a la desesperación mientras quienes les imponen esa existencia viven en la opulencia y habrán celebrado estas fiestas derrochando placeres y comida.
¿Que clase de personas son aquellas que se muestran impasibles ante los dramáticos efectos de las medidas de recortes que ellos imponen? ¿Como se puede vivir con la conciencia tranquila mientras millones de personas son condenadas a pasar hambre real? Hoy ya no se habla de pasar hambre en sentido figurado, el hambre que sufren millones de españoles es consecuencia de la imposibilidad de poder comer todos los días. El número de personas que dependen de los comedores sociales se ha duplicado desde inicio de la crisis, alcanzando más del millón y medio de personas.
Y mientras esto ocurre en nuestro país, en los países con problema económicos y en los países intervenidos por la troika (UE, BCE y FMI), nos llega la noticia de que el FMI, ese organismo que presta dinero a países con problemas de liquidez y exige a cambio duros ajustes en el gasto público para asegurarse el reembolso, ha tenido la inmoralidad de festejar a sus 7.000 burócratas con una cena pantagruélica en la que se ha gastado la exorbitantes cantidad de 380.000 euros. La indecencia de nuestros dirigentes y sus burócratas no tiene limite. En periodo de crisis y recortes mientras a nosotros se nos exige grandes sacrificios, ellos dilapidan nuestro dinero en opulentas cenas.
En estos momentos solo el odio expresa lo que siento hacia todos aquellos que son responsables del dolor de los ciudadanos que sufren los recortes impuestos por la troika y aplicados por los gobernantes de los países intervenidos o con problemas económicos. Y yo los maldigo a todos ellos.
Maldigo a todos los que roban la sonrisa de un niño.
Maldigo a todos los que roban el futuro de nuestros jóvenes.
Maldigo a todos los que hacen pasar hambre física a sus conciudadanos.
Maldigo a todos los que hacen que muchos de nuestros ancianos tengan que decidir entre comer o sanar.
Maldigo a todos los que roban nuestros derechos duramente conquistados.
Maldigo a todos lo que sin alma ni sentimientos condenan a la miseria a millones de ciudadanos.
Maldigo a todos los solo tienen por objetivo desmantelar nuestro estado del bienestar y venderlo a precio de saldo a sus amigos.
Y maldigo a todos los que con su apoyo permiten que esto suceda.
Y espero que, si tienen razón y su dios existe, se pudran en el más profundo de los infiernos.
El espíritu de la Navidad tampoco debe tener significación alguna para ellos.
Salud, República y Socialismo.
Yo tengo la teoría de que muchos son psicópatas, porque no son capaces de empatizar con sus semejantes.
ResponderEliminarAmén
ResponderEliminarSalud y República