Ayer comentaba la práctica de los crímenes de honor en el mundo islámico y en concreto en la franja de Gaza, mientras otros amigos comentaron las declaraciones homofóbicas del obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig.
Ambas situaciones son la expresión de los fundamentalismos religiosos islámico y católico que tienen como nexo común la pretensión de imponer al resto de la ciudadanía la inmoralidad de su retrograda moral. Sin embargo se diferencian en que el fundamentalismo islámico recurre a la violencia para imponer sus creencias.
El obispo de Alcalá es un sinvergüenza que predica contra la libertad sexual mientras protege a los delincuentes sexuales de la iglesia católica. Dicen que la cara es el espejo del alma. Si eso fuera cierto la cara de pederasta del obispo nos indicaría que en su alma habita un perverso sexual. Pero es que, además, parece que conoce muy bien los centros de perversión sexual, lo que indicaría que es un habitual de los mismos.
El miedo y la condenación eterna son las armas habituales que se utilizan para hacer que los “perversos”entren por el buen camino, como si las personas no fueran lo suficientemente maduras para saber elegir libremente la sexualidad que deseen. La sexualidad no es pecado, no existe el pecado. Solo existe la manipulación de las personas intentando hacerlas creer que la sexualidad libremente ejercida es algo perverso.
El obispo de Alcalá al igual que los imanes de las mezquitas que predican la subordinación de la mujer y enseñan los métodos para castigarlas, si son insumisas tienen, algo en común, son unos fundamentalistas religiosos que pretende imponernos su moralidad. Por eso es necesario combatir a ambos porque los perversos son ellos, no los que quieren vivir su sexualidad libremente.
Salud, República y Socialismo
Y hay otra diferencia: los del Islam no predican por la televisión estatal.
ResponderEliminarAfortunadamente en este país no pueden actuar como lo hacen los ayatolas en muchos países árabes, pero si pudieran muchos sacerdotes católicos lo harían.
ResponderEliminarEste obispo tendría que ser juzgado por homófobo. Y serviría de ejemplo.
Pero claro, se consiente y están crecidos con sus amigos peperos.
Salud y República
Este tío esun auténtico sinverguenza y raya la delincuencia al ampara con dinero de su diócesis a un cura pederasta.
ResponderEliminar!Salud,República y Socialismo!
Fanatismo, represión sexual, moral. Una fábrica de desequilibrados.
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