No lo digo yo, lo dice alguien que debería defender la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, la portavoz del Consejo General del Poder Judicial: Gabriela Bravo.
Pero lleva razón no es lo mismo ser un chorizo de medio pelo que un delincuente de guante blanco. Al primero le cae todo el peso de la ley porque no tiene medios económicos con que defenderse. El segundo pude tener muchas posibilidades de evadir la acción de la justicia .porque tendrá una buen defensa judicial, casi siempre pagado con el producto de lo que ha robado, defraudado o prevaricado.
Y no es lo mismo ser un juez modélico, con una brillante hoja de servicios prestados a la sociedad y que tiene el defecto de no arrugarse ante los poderes públicos, que otro juez que va por la vida conculcando los derechos de las mujeres o de los homosexuales. Al primero se le da un escarmiento para que sirva de aviso a navegantes y al segundo se le hace la vista gorda o se le amonesta con penas simbólicas.
Pero Gabriela Bravo piensa y defiende que determinados presuntos delincuentes de guante blanco deben ser tratados con diferencia con respeto a otros presuntos delincuentes, sobre todo si el presunto delincuente pertenece a la casa real. Dice que “No todos los imputados son iguales y que hay veces que algunos casos tiene tal repercusión mediática que hay que proteger al imputado.”
Hay cientos de casos en que la repercusión mediática ha sido enorme (el propio caso de Garzón, Marta del Castillo, Camps, Matas, Fabra, etc.) y a ninguno se le ha dado un trato especial por su repercusión mediática, simplemente se ha garantizado la seguridad de los imputados de una manera especial pero nada más. Por lo tanto con respecto al presunto delincuente Iñaqui Urdangarín no se ha de tener una mayor consideración que con el resto de los imputados en ese caso. Porque una cosa es proteger al imputado, garantizando su seguridad en todo momento y otra cosa protegerle de la pena de paseíllo y de filmación de su declaración, como no se a hecho con respecto a los otros imputados. Eso es simplemente un trato a favor hacia uno de los imputados, cuestión que va en contra de la igualdad ante la ley y que defiende incluso el Borbón. Pero claro, una cosa es predicar y otra dar trigo y mientras el Borbón defiende la igualdad de todos ante la ley, desde la casa real se están negociando condiciones de privilegio para la declaración del imputado Urdangarín.
Si Gabriela Bravo, que pasa por ser del sector progresista del CGPJ, piensa de esta manera con respecto a la igualdad de todos ante la ley, que no debe pensar su jefe el meapilas Divar, representante de los sectores mas retrógrados de la judicatura. Y luego se escandalizan cuando alguien les acusa de fascistas.
Salud, República y Socialismo.
Sí lo he leído, ahora le preguntaremos al rey si es verdad que todos los españoles somos iguales ante la ley.
ResponderEliminarLa única verdad de la justicia es que es una mentira.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con lo planteado.
Saludos
Hay que ser boba para decir tal cosa y aceptarla, aunque sea verdad. Y encima progresista. Así funciona esto. La Judicatura es de extrema derecha en su mayoría.
ResponderEliminarSalud y República
Todos somos iguales ante la ley pero unos son más iguales que otros. Es la eterna canción, lo pinten como lo pinten.
ResponderEliminarSalud y República