20 de febrero de 2011
Las revueltas de los países árabes están sacando a la luz la hipocresía con que los gobiernos reaccionan ante estos hechos dependiendo del lugar donde se produzcan.
Los propios gobiernos, fundamentalmente europeos y EE.UU., que antes tenían actitud permisiva con los regímenes autocráticos ante la falta de libertad y derechos civiles en esos países, con la excusa de que hipotéticamente servían de freno a la expansión del islamismo, son los que una vez que la revuelta triunfa se apuntan al carro del cambio democrático.
Pero el apoyo a los procesos democratizadores no es lineal, depende de la características del autócrata de turno y de los intereses estratégicos. Solo hace falta echar un vistazo a la política de los EE.UU. Celebra el triunfo de las revueltas e instiga el desarrollo de otras pero cuando están de por medio sus intereses económicos y/o militares, entonces la cosa cambia. La actitud que EE.UU. mantiene con respeto a Bahréin no es una actitud de firmeza ante la violenta represión que está llevando a cabo el dictador bueno amigo de los EE.UU. La posición estratégica de Bahréin y la existencia de una importante base naval norteamericana en el país, hace que desde los EE.UU. se mantenga una actitud moderada de critica hacía los abusos del régimen de Bahréin y la sangrienta represión llevada a cabo por el ejército del país.
Pero no solo desde los gobiernos democráticos se mantiene una actitud de hipocresía política, también los regímenes de Irán o Libia, por poner un ejemplo, jalearon en un principio las revuelta pero cuando estas llegan a sus propios países, entonces responden con el asesinato de manifestantes a las demandas de mayores cuotas de libertad y derechos civiles. En Irán llevan más de una decena de muertos y en Libia la represión esta llegando a unos limites escalofriantes, superan los 200 asesinatos de civiles por parte del ejercito. Las ansias de mayores cotas de democracia son buenas pero solo si se producen al otro lado de las fronteras.
No hay dictadores buenos ni dictadores malos, solo hay dictadores y como tal deben ser tratados, no en función de intereses económicos y/o estratégicos. Y esto vale también para nuestro país, no es compatible estar apoyando por un lado las revueltas ciudadanas de los países árabes y por otro lado enviar representaciones parlamentarias de alto nivel a la cruel dictadura de Nigeria por aquello de los interés económicos, ni se puede aceptar que el gobierno permita la visita del Borbón al régimen feudal de Kuwait que niega los derechos democráticos a las mujeres.
Salud, República y Socialismo.
Cierto, la hipocresia de los poderes en EEUU no tiene límites.
ResponderEliminarSaludos.
Así es. La actitud de Occidente es de pura hipocresía y tan sólo depende de sus interese económicos y geoestratégicos. Estos días es más que evidente.
ResponderEliminarUn beso
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLA tibieza de USA y Europa ante estos hechos es vergonzosa.
ResponderEliminarYo creía que los demócratas creían en la intenacionalización de la democrácia....pero ante el dinero....
Un saludo.
Ya hablé de ello en Kabila. Todos son hijos de puta, pero algunos hay que dejarles hacer, porque son "nuestros hijos de puta".
ResponderEliminarSalud y República