La política está llena de privilegios pero posiblemente los menos justificados son los de los ex altos cargos públicos. En estos días estamos viendo situaciones que rayan el escándalo.
Personajes como Aznar y González que se pasan la vida pidiendo austeridad a los asalariados para salir de la crisis, no tienen reparos en no solo mantener la asignación de 80.000 euros anuales por su condición de ex presidentes, sino como les debe parecer poco para llegar a fin de mes, se buscan excelentes chollos como asesores o miembros de consejos de administración para complementar su asignación púbica.
Si resulta vergonzoso estas situaciones en épocas de crisis y sacrificios para los más desfavorecidos, la del ex presidente Aznar es indignante. Este personaje, cuya principal labor es la de crear permanentemente el descredito del país en la esfera internacional, tiene unos ingresos anuales que superan ampliamente el millón de euros.
No es posible ni decente seguir manteniendo esta situación. El Parlamento tiene la obligación de revisar la situación de los ex presidentes del gobierno y de los ex altos cargos y ex diputados y senadores. Varios grupos parlamentarios minoritarios han planteado la revisión de la situación de los ex presidentes de gobierno, de manera que pierdan su asignación si cobran por parte de empresas privadas. Hasta ahora los grupos parlamentarios mayoritarios (P.P. y PSOE) han rechazado estas propuestas, entre ellas una de IU.
Pero la revisión de los privilegios de los “ex” no puede quedarse solo entre los ex presidentes, tiene que llegar a todas las esferas de la política, por su propia dignificación. Es vergonzoso y deshonesto que mientras desde el parlamento se pide a la ciudadanía sacrificios para salir de la crisis, la clase política siga conservando privilegios aún después de haber salido de la política. Mientras los diputados puedes disfrutar generosas jubilaciones después de haber ejercido como tales durante dos legislaturas, la mayoría de ellos pretenden degradar el sistema público de pensiones y reducir la cuantía de las mismas.
Ex presidentes de gobierno, ex ministros, ex presidentes de comunidad, ex consejeros y ex parlamentarios no pueden disfrutar de unos privilegios desorbitados en relación a la situación del resto de la ciudadanía.. El estado tiene la obligación de dignificar su función y no dejarlos abandonados cuando acaban su función pública. Pero esto no debe significar la vergonzante y deshonesta diferencia con el resto de la ciudadanía. Si un jubilado no puede compatibilizar su pensión con un trabajo remunerado en una empresa, esa debería ser la situación para todos los “ex”.
De lo contrario no solo existirá una brecha entre los privilegios entre unos y otros sino que ademán se abrirá una gran brecha en la valoración que la ciudadanía tiene de la clase política.
Salud, República y Socialismo.
Hoy varios habláis de este tema, cosa que no me extraña nada porque es realmente vergonzoso ver cómo las influencias de los expresidentes son tan rentables y tan "impúdicas".
ResponderEliminarUn beso
Hoy, como nos ocurre a menudo, coincidimos en el tema. Es una vergüenza, una verdadera vergüenza que esta gente se lucre como lo hace, sin pudor y sin límetes.
ResponderEliminarSalud y República
Austeridad para los asalariados, eso no hay ni que pedirlo porque más austeridad que la que tenemos, imposible, pero por narices, tenemos la cuenta bancaria en números rojos. Indignante.
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