Me he despertado con el anuncio de tu muerte Marcelino y me ha embargado un doble dolor, el primero por tu muerte porque hoy los sindicalitas nos sentimos un poco huérfanos y segundo porque no podré estar en tu funeral por encontrarme fuera de Madrid.
Toda tu vida ha sido la vida de un hombre luchador, coherente, indomable, incorruptible; nadie te pudo doblegar y eso te creó dificultades y enemigos. Tu gran contribución ha sido la de crear y mantener a CC.OO. como el principal sindicato del país. Un sindicato al que tú supiste dar una ideología, que no partidismo, porque un sindicato sin ideología es como una nave que navega sin timón, después vino la modernidad sindical, nos hicimos modernos pero por el camino nos dejamos algunas plumas.
Siempre recordaré las veces que hemos estado juntos, desde aquellas asambleas en mi empresa en las primeras elecciones sindicales libres, allá por junio de 1978 hasta la última vez que te entrevisté en el año 2002 con motivo de la edición de mi primer libro.
Tenemos una gran deuda contigo, tu que fuiste la guía del sindicalismo español que peleases duramente en el Parlamento para conseguir un estatuto de los trabajadores digno que permitió mantener para los trabajadores unos derechos que poco a poco nos van esquilmando unos políticos sin conciencia.
Te has ido pero siempre estarás en nuestra memoria, serás nuestro ejemplo para los que creemos que el sindicalismo es servicio y no un medio para conseguir prebendas. Tu nunca te arrodillaste, ni te doblegaron solo la muerte ha podido contigo; pero las personas como tu nunca mueren totalmente porque en cada lucha, en cada negociación, en cada huelga, en cada congreso; tu espíritu sobrevolará y tu recuerdo será la conciencia donde los demás nos miraremos.
El mejor homenaje que te puedo ofrecer es dedicarte el himno que has tenido toda tu vida como propio y por el que llegastes incluso a perder el bien más preciado: la libertad.
Salud, República y Socialismo.
Sin duda una gran pérdida,un gran hombre y un gran luchador, necesitamos más personas como él.
ResponderEliminarUn abrazo.
"Ni nos doblaron, ni nos doblegaron,ni nos van a domesticar"
ResponderEliminarPoco puedo escribir, si acaso compartir también aquí el mismo poema prestado de Blas de Otero, con el que le rindo un pequeño homenaje en Cualquiera Vale:
Podrá faltarme el aire,
el agua,
el pan,
sé que me faltarán.
El aire, que no es de nadie.
El agua, que es del sediento.
El pan... Sé que me faltarán.
La fe, jamás.
Cuanto menos aire, más.
Cuanto más sediento, más.
Ni más ni menos. Más.
Desde hoy el Movimiento Obrero y la izquierda está huérfana. Se ha marchado un pedazo de nuestra historia del siglo XX, una referencia, un espejo... Seguiremos y venceremos.
Hasta siempre, compañero
http://lister-lageslos.blogspot.com/
Hoy muchos haceis un homenaje a este gran hombre que fue Marcelino. Pena que personas de su calidad, política y humana, y que han sido un gran ejemplo, desaparezcan.
ResponderEliminarUna pena.
Un beso
Ejemplo de persona con una ideología como guía de su vida que ha sido consecuente con ella hasta el final.
ResponderEliminarMientras escucho el Himno más hermoso, me sumo a tu sentido y hermoso Homenaje, Antonio..
ResponderEliminarEn días como hoy me emociona doblemente llevar el carnet de CCOO en mi cartera..
Ya definitivamente recupero mi nombre verdadero.. era Selma, ya no..
Un beso triste, Antonio
Personas de la calidad de Marcelino quedan muy pocas en el mundo.
ResponderEliminar¡Una gran pérdida sin duda!
Un abrazo.