¿Rajoy se desmarca de Camps?

Parece que la estrella de Camps comienza a apagarse, últimamente la justicia va estrechando el cerco a Camps y sus gobiernos y eso parece que no es del agrado de Rajoy que no quiere que este asunto se le interponga en su marcha hacia la Moncloa. 

Una cosa empieza a estar clara, el Gürtel valenciano es algo mas que unos cuantos trajes regalados a Camps. Después de que el Tribunal Supremo ordenara reabrir el caso de los trajes al Tribunal Superior de Justicia Valenciano, el juez Pedreira se inhibe del Gürtel valenciano para que no prescriban los delitos, acusando a Camps y a miembros de sus gobiernos de hasta siete delitos: financiación ilegal, cohecho propio (se eleva la gravedad desde el impropio), contra la hacienda pública, asociación ilícita, falsedad en documento mercantil, blanqueo de capitales y prevaricación.

De un regalo de trajes se ha pasado a 7 presuntos de delitos y esto evidentemente preocupa a Rajoy, porque muy mala sería la imagen de un candidato a presidente de gobierno que se solidariza con un presidente de comunidad sentado en el banquillo de los acusado y quien sabe si sentenciado por mucho más que por un cohecho impropio.

La mejor prueba de que las relaciones de Rajoy con Camps se deterioran fue la ausencia de Rajoy y de toda la cúpula nacional de P.P.en el acto de exaltación personal con que se regaló Camps el pasado fin de semana. Nadie quiere estar con los perdedores y para eso se pueden poner las escusas mas peregrinas. Y ante esto Camps responde con la chulería que le caracteriza, con fugas hacia adelante, con teorías de la conspiración y con amenazas a Rajoy de irse del P.P. y montar un chiringuito provinciano y eso significa prender fuego al granero de votos que el P.P. tiene en la Comunidad Valencia.

A mi me parece que todo esto no son más que bravuconadas de Camps para lograr el apoyo público de Rajoy y que Rajoy, que se proclama adalid contra la corrupción pero que no es capaz siquiera de hacer cumplir su  propio código ético, terminará cediendo a las presiones de Camps y montará un paripé  de adhesión inquebrantable para que las aguas no se salga de su cauce. Porque en el fondo los ambos se necesitan, el uno para no perder el granero de votos valenciano y el otro porque en el fondo sabe que la aventura provinciana es pan para hoy pero hambre para mañana. Otra cosa será si al final Camps acaba sentándose en el banquillo de los acusados, que seguro que se sentará, porque entonces a Rajoy se le abrieran dos frentes, uno externo por la presión de sus electores y otro interno por la presión de los o las que quieren ser califa en lugar del Califa. Rajoy entonces tendrá una difícil elección y ya no podrá actuar como hasta ahora, dejando que los acontecimientos pasen como si nada pasara.

Salud, República y Socialismo.