A Dios rogando y con el mazo dando

Nuestros obispos deberían tomar ejemplo de la actitud de otros obispados en materia de doctrina eclesiástica. En otros sitios no se dedican a amagar y no dar, quien no cumple  con sus dogmas  corre con las  consecuencias.

Resulta que un sobrino de Jhon F. Kennedy, el congresista Patrick Kennedy, ha tenido alguna diferencia con el obispo de Rhode Island, Thomas Tobin a cuenta del aborto. Las tensiones entre Tobin y Kennedy se remontan a octubre cuando el congresista criticó a los obispos católicos estadounidenses por oponerse a la reforma sanitaria que promueve el Gobierno, si no incluía restricciones más estrictas sobre el aborto.

Finalmente Patrick Kennedy votó a favor de la reforma sanitaria y el señor obispo dio instrucciones a los sacerdotes de su diócesis para que se le negase la comunión al hereje. Y es que se lo tiene merecido por no cumplir los dogmas de la santa madre iglesia. Porque eso es lo que hay que hacer, uno tiene que ser miembro de una religión con todas las consecuencias, para cumplir todos los preceptos, no para lucir bien socialmente.

Por eso el portavoz de los obispos españoles, el jesuita Juan Antonio Martínez Camino y su jefe Rouco Varela deberían fijarse bien en lo que hacen sus colegas del otro lado del Atlántico, sin aspaviento, sin sacar la gente a la calle contra el gobierno  para tratar de inmiscuirse en la política, sin amenazar; simplemente  aplicando sus normas. Y no dudo que la iglesia católica de EE.UU. no haya presionado a los congresistas católicos para influir en el redactado de la reforma sanitaria, pero al menos han guardado las formas.

Los de aquí seguirán jugando a la política, seguirán pretendiendo ocuparse de las cosas que no les incumben, seguirán intentando imponer su moralidad al conjunto de la ciudadanía, pero al final  las amenazas a los herejes quedarán en nada, porque lo que verdaderamente les importa es seguir manteniendo sus privilegios y saben perfectamente que una acción contra los parlamentarios herejes, sería la gota que colmaría el vaso para la justificación de ponerles en el lugar que les corresponde ocupar.

Tampoco hay que sobre valorar esta actitud de la iglesia católica de EE.UU., porque al fin y al cabo no se distinguen mucho los unos de los otros. Al final los unos y los otros defiende  y justifican a sus delincuentes sexuales y financieros y es que una cosa es influir en lo terrenal y otra la catarsis interna.

Salud, República y Socialismo.