Impuestos frente a gasto social

Poco se aclaró ayer en el debate sobre política económica en el Parlamento español. Solo ha quedado claro las grandes líneas de los dos grandes partidos, para el PSOE un incremento moderado y temporal de los impuestos y a la vez  contención del gasto público y para el P.P. la solución a los problemas del déficit público pasa exclusivamente por una reducción del gasto público.

Uno de los problema de este país es que se pagan pocos impuestos. Estamos por debajo de la media europea y muy  lejos del 48% de Dinamarca o Suecia; La presión fiscal de España es del 32%. Ayudado por la bonanza económica de la construcción de los últimos años, que generaron importantes incrementos recaudatorios, se llegó a la falacia de decir que “bajar los impuestos es de izquierdas”. Bajar los impuestos es solo un arma electoralista. Y bajo ese principio falsamente de izquierda”, el PSOE redujo la tributación de los más ricos a través del IRPF, bajó el impuesto de sociedades, eliminó el impuesto de patrimonio, bajó la tributación de las rentas del capital (convirtiéndola prácticamente en un impuesto indirecto, porque grava de igual manera -18%- a las rentas del pequeño ahorrador que las de un gran inversor que puede ganar millones de euros al año) y redujo también el impuesto de sucesiones.

Ahora nos vienen a decir, sin especificar casi nada, que se va a elevar la presión fiscal en 1,5 puntos para conseguir 15.000 millones más al año. Pero no se toca el IRPF, no se tocan las SICAV, y que todo se va a reducir al retoque de la deducción de los 400 €, las rentas del capital, las plusvalías y la imposición indirecta. O sea simples retoques y con la amenaza del incremento de los impuestos indirectos que nos gravan a todos por igual y la promesa de reducir aún más el impuesto de sociedades.

¿Y frente a esto que? El P.P. solo tiene una formula, sin especificar: reducción del gasto público. Y a mi se me ponen los pelos como escarpias cada vez que oigo eso en boca del P.P., porque ya se lo que significa: congelación salarial de los funcionarios, congelación de las pensiones y reducción del gasto social (educación, sanidad, dependencia, etc.), es decir apretar el cinturón a los que menos tienen.

Los impuestos directos son el único elemento que posibilita la redistribución de la riqueza y por eso es de izquierdas implementar una presión fiscal que permita el establecimiento de un potente estado del bienestar. Solo los estados como Dinamarca o Suecia que tienen una importante presión fiscal pueden luego desarrollar políticas sociales progresistas.  Pero es que además en 2013 dejaremos de ser receptores de subvenciones de la UE y pasaremos a ser donantes puros. Entonces ¿como podremos seguir financiando el desarrollo de infraestructuras que desde la entrada en la UE se han podido realizar con el dinero comunitario?

No nos dejemos engañar solo mediante en incremento de la presión fiscal, sobre todo a través de los impuestos directos, es como se podrá financiar el actual déficit público y caminar por la senda de la recuperación económica, y hacer que el coste de la crisis no se eche sobre los hombros de los que menos tienen.

Salud, República y Socialismo.