El desalojo de los talibanes del poder en Afganistán supuso un respiro en cuanto a la situación de represión sobre la mujer ejercida por el régimen fundamentalista islámico. Pero parece que esto solo ha sido un leve sueño con un trágico despertar.
El pequeño avance en los derechos de la mujer, avance más bien teórico que real, está siendo objeto de moneda de cambio por el Presidente de Afganistán Hamid Karzai. Con objeto de poner afianzarse en el poder Hamid Karzai, no ha dudado en firmar una ley del parlamento afgano por la que se modifica el Código de Familia Chií. Este nuevo código devuelve a la mujeres chiís al oscuro y terrible periodo taliban cuando no podían salir a la calle sin la compañía de un hombre de la familia. El nuevo código niega la necesidad de consentimiento para las relaciones sexuales dentro del matrimonio, aprueba implícitamente las bodas infantiles y establece que las mujeres necesitan permiso de sus padres o maridos para estudiar, trabajar o acudir al médico.
¿De que ha servido que la comunidad internacional desaojara del poder a los talibanes? Se justificaba en su momento para proteger los derechos humanos y sobre todo los derechos humanos de las mujeres, pisoteados por el totalitarismo islámico; pero esto solo ha sido una pantomima que da legitimidad a un régimen que se olvida de los derechos de la mitad de la población y considera a la mujer como un esclavo del hombre. Y encima se atreven a decir que cualquier exigencia para modificar la ley sería vista en Afganistán como una injerencia intolerable en un país soberano. Esto no es posible así, los derechos humanos no son negociables y por tanto la ayuda internacional tiene que estar supeditada al respeto estricto de los derechos humanos de todas las personas y sobre todo de los más perjudicados que en este caso son la mujeres.
Y esto no es un hecho aislado. Recientemente Pakistán permitía que en la zona fronteriza con Afganistán, los talibanes pudieran aplicar a su antojo la ley islámica. Y ya hemos visto las consecuencias, las niñas fuera de las escuelas (el conocimiento es el peor enemigo de la religión) y retorno de la marginación de la mujer a semejanza del régimen talibán (1996-2001), con el castigo corporal como norma, tal como hace unos días se ha visto. Una mujer ha sido azotada en público acusada de prostitución.¿pero como no se va a prostituir si se le niega cualquier posibilidad de ganarse la vida por otro medio?
Occidente no puede ser cómplice de esta forma de pisotear los derechos humanos de las mujeres y debe entender que toda ayuda debe estar condicionada al avance de los derechos humanos de los más desfavorecidos. O es que solo se condiciona la ayuda, al respeto de los derechos humanos por parte del régimen cubano.
Salud, República y Socialismo
El pequeño avance en los derechos de la mujer, avance más bien teórico que real, está siendo objeto de moneda de cambio por el Presidente de Afganistán Hamid Karzai. Con objeto de poner afianzarse en el poder Hamid Karzai, no ha dudado en firmar una ley del parlamento afgano por la que se modifica el Código de Familia Chií. Este nuevo código devuelve a la mujeres chiís al oscuro y terrible periodo taliban cuando no podían salir a la calle sin la compañía de un hombre de la familia. El nuevo código niega la necesidad de consentimiento para las relaciones sexuales dentro del matrimonio, aprueba implícitamente las bodas infantiles y establece que las mujeres necesitan permiso de sus padres o maridos para estudiar, trabajar o acudir al médico.
¿De que ha servido que la comunidad internacional desaojara del poder a los talibanes? Se justificaba en su momento para proteger los derechos humanos y sobre todo los derechos humanos de las mujeres, pisoteados por el totalitarismo islámico; pero esto solo ha sido una pantomima que da legitimidad a un régimen que se olvida de los derechos de la mitad de la población y considera a la mujer como un esclavo del hombre. Y encima se atreven a decir que cualquier exigencia para modificar la ley sería vista en Afganistán como una injerencia intolerable en un país soberano. Esto no es posible así, los derechos humanos no son negociables y por tanto la ayuda internacional tiene que estar supeditada al respeto estricto de los derechos humanos de todas las personas y sobre todo de los más perjudicados que en este caso son la mujeres.
Y esto no es un hecho aislado. Recientemente Pakistán permitía que en la zona fronteriza con Afganistán, los talibanes pudieran aplicar a su antojo la ley islámica. Y ya hemos visto las consecuencias, las niñas fuera de las escuelas (el conocimiento es el peor enemigo de la religión) y retorno de la marginación de la mujer a semejanza del régimen talibán (1996-2001), con el castigo corporal como norma, tal como hace unos días se ha visto. Una mujer ha sido azotada en público acusada de prostitución.¿pero como no se va a prostituir si se le niega cualquier posibilidad de ganarse la vida por otro medio?
Occidente no puede ser cómplice de esta forma de pisotear los derechos humanos de las mujeres y debe entender que toda ayuda debe estar condicionada al avance de los derechos humanos de los más desfavorecidos. O es que solo se condiciona la ayuda, al respeto de los derechos humanos por parte del régimen cubano.
Salud, República y Socialismo
El presidentillo amigüito de los americanos Karzai sigue humillando y pisoteando los derechos de las mujeres igual que los talibanes. Lo había leído ya aquí, en este post de Carmen. Mientras tanto, nosotros, a la voz de ¡ar! del señor Obama, vamos a mandar más tropasa, a quién le importan tres narices las mujeres afganas; lo que interesa es la seguridad de Occidente, no vaya a ser que Bin Laden esté por allí.
ResponderEliminarSalud y República
Pues si que estan bien las cosas Antonio, creí que algo se había conseguido pero visto lo visto volvemos como en tiempos pasados, ni derechos humanos ni nada que se le parezca, eso si, todo en nombre de Allah !
ResponderEliminar¿Legalidad republicana? Menudo atentando contra la Historia.
ResponderEliminarA mi también me pareció la noticia un atropello, atropello con consentimiento de los que dicen que vamos allí en "misiones humanitarias". Es un horror. Parece ser que el archilider Obama lo ha comentado en Praga. Veremos en que queda. Esto es lo que debería moverles a intervenir y terminar con esta situación de desamparo y de vejación de la mujer afgana. Me indigna. Un beso
ResponderEliminarRafa...
ResponderEliminarYo no entiendo las misiones humanitarias, que en lugar de cuestionar la situación de los derechos humanos del país, solo le dan legitimidad al gobierno de turno.
Mª Eugenia
En el nombre de Allah se estan cometiendo las mayores atrocidades contra las mujeres y en ocasiones con el silencio cómplice de la comunidad internacional que apoya a gobiernos titeres.
Carmen
Leí tu entrada y coincido plenamente contigo porque yo expreso casi lo mismo en la mia.
Hace dias comentaba en un blog que por la única razón que apoyaría el envio de tropas a Afganistán es por defender los derechos humanos de las mujeres. No se puede ayudar a quienes cometen abusos contra el 50% de sus ciudadanos: las mujeres.
Las ayudas deben servir para incrementar la democracia, hacer respetar los derechos humanos de todos los ciudadanos e incrementar la calidad de vida de los mismos.
Salud, República y Socialismo
Esta facultad que se tiene en Occidente para mirar por otro lado se hace manifiesta allí también... Es indecente e inhumano que se permitan cosas como estas..
ResponderEliminarUn beso, Antonio.
Selma...
ResponderEliminarPorque occidente generalmente valora más los intereses económicos que los derechos humanos a la hora de establecer sus relaciones con terceros.
María
De la cultura si, pero cultura no es marginar a la mujer, cultura no es la oblación, cultura no es la lapidación, cultura no es los azotes públicos, cultura no es la negación al acceso a la educación, cultura no es la violación dentro del matrimonio.
Y podría seguir enumerando muchas mas cosas que desgraciadamente no son cultura.
Salud, República y Socialismo