Una jaima frente al mar

Selma desmonta por una horas su jaima y la traslada a la costa atlántica de Assilah. Y desde allí se solidariza con el sufrimiento de los palestinos de Gaza.

Antonio, era de esperar que mi elección fuera una de las maravillosas fotos hechas por ti en Marruecos. Me ha costado lo mío escoger. De hecho todas ellas, del lugar que sean, son preciosas y espero ansiosa a tu Blog de fotos.

Este primer año y este modo entrañable de celebrarlo, contando con nuestra colaboración es una idea genial pero no te niego que se me hace difícil comentar una foto. Muchas son las razones, una de ellas ordenar todo lo que me viene en mente al contemplarla. Un cúmulo de sensaciones, de sentimientos, de recuerdos, de nostalgia de lugares muy parecidos y que llevo para siempre en el corazón... Pero por lo que estamos viviendo estos días no puedo desvincularla de lo que estoy sintiendo ahora mismo... y veo en esta puerta abierta muchas otras cosas y muy distintas a las que ví la primera vez que nos la ofreciste en tu "Casa"...

Ahora el contraste entre la sombra en primer plano y los matices de luces en el segundo me hacen presente la situación que en un lugar cada vez más reducido de nuestro planeta están sufriendo quienes allí se encuentran...

Por eso veo en esta puerta oxidada, deshecha a punto de derrumbarse y con este foso oscuro antes de cruzar su umbral lo que podría ser este obstáculo para llegar a esta luz, aunque tenue, que espera al otro lado... Y esta Khomsa o mano de Fátima que la mano de un hombre o de una mujer ha dejado en la pared parece bañada en sangre, como un último sacrificio y para desear suerte y proteger a los que consigan pasar al otro lado...

A menudo sucede que ante un libro, una obra de arte, tus sensaciones cambian según tus circunstancias en el momento en él que lo estás volviendo a leer o admirar... Y eso es lo que me está pasando con esta foto, además de su belleza plástica y de su mera contemplación veo todo lo que acabo de comentar...

Gracias, muchísimas gracias, Antonio por permitirme, modestamente, colaborar y estar presente en esta celebración... y sobre todo, por ser como eres, y estar a nuestro lado...

Y no puedo evitarlo, es mi costumbre... un beso cariñoso, Antonio.

SELMA

La contestación a los comentarios, si los hubiera, le corresponde a la dueña de la jaima.

Gracias Selma por tu colaboración.