La celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora coincide con en centenario de su conmemoración. Cuando hace 100 años que un descerebrado empresario norteamericano, al igual que el descerebrado que ayer mató a Isaías, quemó vivas a las trabajadoras de su empresa, que luchaban por la defensa de sus derechos laborales.
Hoy, por suerte, no hay empresarios descerebrados que queman a sus trabajadoras, pero, por desgracia, siguen quedando animales descerebrados que queman a sus compañeras o las asesinan y maltratan de las más variadas formas.
Se han dado pasos importantes, es esta legislatura que termina, para conseguir la igualdad entre hombres y mujeres, pero eso no es suficiente. No basta con hacer leyes si después no se ponen los medios suficientes para que las leyes sean efectivas y eficaces.
Y hace falta voluntad política para perseguir el acoso laboral de las mujeres en las empresas, y su discriminación laboral y salarial. Ante eso no caben medias tintas, se debe exigir por ley acabar con las diferencias salariales entre hombre y mujer y acabar con las categorías exclusivamente femeninas. Al tiempo que hay que discriminar positivamente el acceso de la mujer al mercado laboral y eliminar el embarazo como causa de marginación de la mujer; persiguiendo judicialmente a los discriminadores.
Pero hay otras causas de la discriminación de la mujer, y es la razón cultural y que afectan tanto a mujeres como a hombres. Mientras que la mujer no se sienta síquicamente en igualdad con respecto al hombre y exija con firmeza el respeto de su igualdad, y mientras que el hombre no entienda que su compañera tiene los mismos derechos que el, en la casa, en la calle y en el trabajo, difícilmente se podrá avanzar en la igualdad plena. Y para ello es necesario educar en igual a nuestros infantes y nuestros jóvenes, para crear generaciones de hombres y mujeres libres e iguales.
Y hoy he visto a una joven, a una mujer, defender los ideales de su padre, los ideales por los que ha sido asesinado por un descerebrado, y reclamando que nadie utilice el asesinato de padre como arma electoral. Su entereza, su madurez y su fuerza de voluntad me han impresionado. Y esto de acuerdo con ella, el mejor homenaje que se le puede hacer a Isaías es llenar mañana las urnas de millones de votos para que los terroristas se enteren, de una vez por todas, que nuestros votos son más fuertes que las pistolas de los asesinos y para decir basta ya a quienes nos tienes acostumbrados a usar el terrorismo como arma electoral.
Salud, República y Socialismo.
¡A votar todos!
ResponderEliminarSalud y República
no conocía el dato del empresario,gracias
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visito muchos blog invitando,si consideras que es spam,te pido perdón
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Cuanto trabajo queda por hacer hasta conseguir que ya no tengamos que celebrar el día de la mujer trabajadora.
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