Acabo de prejubilarme, con 55 años, en el mismo momento que entra en vigor la reforma de la seguridad social que permite prolongar la edad de jubilación más allá de los 65 años de edad.
Y claro a uno le entra la duda de si no se habrá tomado una mala decisión, ante la posibilidad de recibir una mayor pensión en el futuro. La duda, por supuesto, no me ha durado más que el tiempo que se tarda en plantear la pregunta, es decir un instante. El disponer de 10 años más para hacer lo que a uno de venga en gana tiene un valor sumamente alto que por supuesto no se paga con la posibilidad de un pequeño incremento de la pensión dentro de más de 10 años.
Pero como posiblemente mi situación no sea la que tienen la mayoría de los trabajadores y trabajadoras de este país (Haber trabajado en una gran empresa con un Expediente de Regulación de Empleo, en unas condiciones ventajosas para la plantilla; 40 años de cotización a la Seguridad Social y una futura pensión de jubilación muy cercana al tope máximo actual -2.384 €-), podría ser que la posibilidad de retrasar la jubilación fuera una expectativa interesante. Veamos:
Quien retrase la jubilación después de los 65 años de edad percibirá un 2 o un 3 % más por cada año trabajado, dependiendo de tener menos o más de 40 años de cotización a la Seguridad Social. Es decir 47,68 o 71,52€ más cada año trabajado después de los 65. Y en el caso de tener derecho a la pensión máxima (2.384€).
Pero a cambio de ese incremento ¿que es lo que pierde el trabajador y que gana la Seguridad Social? El trabajador dejaría de percibir 33.376€ que son los que la Seguridad Social se ahorraría por cada año que el trabajador no esté jubilado. Si suponemos una esperanza de vida media de 80 años, a cambio de esos 33.376€, el trabajador percibiría en los 14 años de jubilación, a euros constantes, entre 9.345,28 y 14.017,92€, con lo que la Seguridad Social se ahorraría entre 24.030,72 y 19.358,08€ por cada año que se retrase la jubilación.
Y ¿cuanto cuestan las cotizaciones anuales a la Seguridad Social para tener derecho a la máxima pensión?, pues 2.283,12€ al trabajador y 11.073,6€ a la empresa. O sea que la Seguridad Social ingresaría otros 13.356,72€ para que el trabajador que atrase un año la edad de jubilación pueda percibir un máximo de 71,52€ mensuales en su futura pensión.
¿Quien se beneficia entonces de esta modificación legal? Parece claro que quien más se beneficia son las arcas del Estado. Pero además hay otras consideraciones. La primera de ellas es que el retrasar la edad de jubilación equivale a retrasar la edad de entrada en el mercado de trabajo de los jóvenes, la segunda es que solo quien sea un profesional liberal o no tenga años de cotización suficiente va a estar en condiciones a los 65 años de seguir trabajando, o es que alguien se piensa que un albañil, un metalúrgico, un conductor, etc. está con 65 años en condiciones de plantearse seguir trabajando y la tercera, y para mi la más importante, es que disponer totalmente de un año de tiempo vale muchísimo mas que 667,52 o 1.001,28€ de incremento anual, como máximo, de la pensión de un jubilado.
En definitiva no parece que la solución propuesta por el gobierno sea la panacea para arreglar los problemas futuros de las pensiones en España. Y yo por mi parte me dispongo a disfrutar de esos diez años de tiempo libre adicionales que me ha tocado en suerte.
Bienvenido a la blogsfera. Uno más para combatir a estos cab..., perdón, cabezones.
ResponderEliminarSalud y República